=El regreso al continente luego de los últimos días de la resistencia final -El Norland =Malvinas: las huellas dramáticas de la posguerra =Cementerio de Darwin -Historia -Características -Lugar histórico nacional Banderas de Argentina
El regreso al continente luego de los últimos días de la resistencia final
Por el Dr. Rubén Brodsky
De regreso al continente luego de 74 días de estar en las islas lo hicimos a través de la vía marítima.

-El 12 de Junio, el buque de transporte inglés “Norland” desembarcó 933 hombres en Montevideo – Uruguay.

-El 14 de junio, día del cese de fuego, el “Bahía Paraíso” estaba en Punta Quilla y de allí se trasladó a Puerto Argentino para cumplir la misión de recuperar personal y producir altas para el combate, además embarcaron 2100 hombres del Ejército Argentino para ser replegados al continente..
-El 19 de Junio, el Inglés “Canberra” desembarcó 4136 hombres en Puerto Madryn.
-El 21 de Junio, nuevamente el “Norland”, alcanzó 1992 hombres hasta Puerto Madryn.
-El día 22 de junio el Rompehielos “Almirante Irízar” traslada a 1700 soldados desde Puerto Argentino hasta Ushuaia, Tierra del Fuego.

-El 22 de junio, el “Irizar”, 415 Infantes de Marina y 62 soldados de la Fuerza Aérea en Ushuaia.
-El 27 de Junio el “Irizar”, desembarcó 956 hombres del Ejército Argentino en Puerto Madryn.
-El 14 de Julio, el Saint Edmund, reintegró a 636 rehenes de las tres armas en Puerto Madryn, estos hombres que estuvieron detenidos en prisiones militares en las islas, fueron recibidos con honores militares por el Comandante de la Infantería de Marina Contralmirante de Infantería de Marina Carlos Busser.
El Norland
El comentario de un argentino que venía en los camarotes (oficiales y suboficiales).
G.M.:

En el Norland nos trajeron encerrados todo el viaje, veníamos tres en camarotes de dos camas.
Me pusieron con un cabo y un PM, ante la duda agarré la cama de arriba. Cada dos horas nos pasaban 3 cigarrillos por debajo de la puerta, en ésta había una cartulina verde y un papel que decía :
– Quiero ir al baño
– Necesito un médico. – y otras frases escritas en Español e Inglés.
Recuerdo que me dolía una muela; pasé la tarjeta verde por la puerta y al guardia que caminaba por el pasillo le dije necesito un médico. Me llevaron a enfermería, era como una Clínica Privada de Bs. As.; el dentista me echó un atomizador y hasta el día de hoy jamás volvió a dolerme. En mi caso
Mi experiencia:
En mi caso el regreso al continente fue en el Norland y más arriba conté algunas anécdotas.
La experiencia del viaje de regreso como prisioneros en un buque inglés, fue extremadamente diferente a la de aquellos que lo hicieron en buques propios.
El ingreso al barco se realizó por sus laterales a través de la escalerilla de acceso al barco, situación que tengo difusa en mi memoria.

Nos dividieron separándonos de nuestros oficiales y suboficiales.
El barco abajo era toda una bodega inmensa (foto) y éramos muchos ahí abajo.
Nos revisaron y nos sacaron las correas, o sea los cinturones y los cordones de las botas de aquellos que todavía los tenían colocados que no era mi caso. El tema era evitar que tuviésemos elementos que podrían servir como armas de ataque. (Mis pantalones se me caían y tuve que caminar agarrados a ellos).
Estar como prisionero de guerra en el medio del mar, no fue una situación fácil de afrontar; miles de temores pasaban por nuestra imaginación, ya que no sabíamos que iba a ser de nosotros.
Pero llegamos el 21 de junio y desembarcamos en Puerto Madryn.

Luego de un tiempo mi curiosidad me llevó a buscar acerca de lo que se dijo respecto nuestros últimos días en Malvinas.

Los soldados llegaban con un doble sentimiento: la angustia por la derrota y el alivio por estar vivos

Eduardo Gallardo fue a la guerra con 18 años. En la foto que ilustra ese día en que Madryn se quedó sin pan es el que tira un beso con su mano derecha. Una postal de aquel sábado de junio
En un artículo leí lo siguiente:
– “Luego de la rendición, las tropas británicas llegaron a tener cerca de once mil prisioneros argentinos, pero no tenían los elementos necesarios para abastecerlos: carpas, alimentos, agua. De todas maneras, informaron que los prisioneros de guerra recibirían buen trato y que realizarían su evacuación por la vía marítima.”
-“Los soldados argentinos se encontraban en estado lamentable, algunos casi desnutridos y con un importante agotamiento físico y mental producto de los combates y de la situación de tensión. Muchos de ellos fueron alojados en galpones de las Falkland Island Company (FIC).”
-“Los ingleses seleccionaron a un grupo de soldados para que se dedicaran a recoger municiones, armamento y cadáveres que estaban dispersos en el campo de batalla.”
-“Finalizada la guerra, los soldados regresaron pronto al continente, pero no se reencontraron con sus familias sino que fueron llevados a instalaciones militares. Se los mantuvo un tiempo allí, con la finalidad de mejorar su condición física y lograr que la sociedad se olvidara rápidamente de la derrota.”

-“Además, dentro de los cuarteles continuaban las acciones de adoctrinamiento y los superiores “solicitaron” a los soldados la firma de una declaración por la que se obligaban a no hablar acerca de la guerra. Deberían callar, era una cuestión de Estado.”
-“Después de varias semanas salieron del cuartel con rumbo a sus destinos de origen.
Al salir de los cuarteles se encontraban con familiares de los soldados. Padres, madres, hermanos, esperaban invadidos por la incertidumbre, no sabían si sus seres queridos habían sobrevivido, si estaban heridos o habían muerto en las islas.”
-“Los buscaban desesperadamente.

En medio del tumulto se producía el reencuentro, los brazos no alcanzaban para asir al hijo, al hermano, al novio, habían logrado lo más ansiado. Las familias se marchaban para sus hogares, pero muchos padres se quedaban solos con su dolor parados frente al cuartel.”

“Malvinas, una Cuestión de Honor”

Y un día llegó el final de la Guerra de Malvinas y ese día fue el 14 de Junio de 1982 cuando a las 23,59 horas se firmó el Acta de Rendición en Puerto Argentino en una gesta despareja entre fuerzas nacionales y una de las mayores potencias de combate del mundo apoyadas por una veintena de países (entre ellos los que conforman la OTAN).
En esos 74 días quedaron en tierra y mar del sur argentino 649 almas valientes que dieron su vida por lograr uno de los sueños que generaciones de compatriotas deseamos y es la recuperación del archipiélago argentino definitivamente. Al final del conflicto cerca de 11.000 soldados de distinto rango se rindieron aquel día, luego de ese acto que comprendía la entrega de armamento y movilidades empezaba el operativo regreso al continente. La fuerza inglesa solicitó a las fuerzas armadas argentinas el inmediato retiro de tropas por medios navales nacionales a lo que la Junta de Gobierno se negó al principio y fue por ello que los ingleses pusieron al crucero inglés Canberra que con cerca de 4150 prisioneros pusiera rumbo al continente para cumplir esa función. Otras naves de traslado fueron el ARA Bahía Paraíso que trajo 1660; el Almirante Irizar 1000; el Northland 1992 y el Saint Edmund cerca de 700.

El Canberra llegó a Puerto Madryn el 19 de Junio de 1982 produciéndose el desembarco de los soldados a los que se les había dado la orden de no hacerse ver por la ciudadanía para evitar agresiones, pero en esa ciudad patagónica y al subir a camiones del ejército fueron ovacionados por las personas que pudieron arrimarse pese al control militar que allí había. Por un lado la autoridad militar trataba de ocultar su regreso y por otro lado gran parte del pueblo argentino quería recibirlos dignamente.

El convoy de camiones llegó al aeropuerto de Trelew donde aviones de Austral los trasladaron hasta El Palomar, Provincia de Bs As y de allí a Campo de Mayo para terminar su derrotero en las unidades militares de origen, sin reconocimientos ni laureles. En ese tiempo fueron enviados a sus domicilios por sus propios medios. Encontrándose en la calle algunos llamaron por teléfono a sus familiares o amigos para que los vinieran a buscar y otros viajaron “a dedo” hastasus casas.
A partir de allí los excombatientes comenzaron lo que denominaría la Segunda Guerra de Malvinas (esta vez interna) porque desde ese momento tuvieron que luchar contra la indiferencia de parte de la población, por el reconocimiento que se merecían, por los problemas de salud que la contienda les produjo, por los problemas psicológicos, los traumas físicos y mentales, la desnutrición en algunos, la falta de ayuda para volver a integrarse a la vida social y el ninguneo por parte de las fuerzas armadas de ese tiempo. En esta segunda guerra que enfrentaron algunos terminaron ilesos pero otros fueron cayendo por secuelas físicas y mentales que los llevaron a tomar drásticas decisiones que terminaron con sus vidas.
Con el tiempo comenzaron a obtener resultados que los aliviaron con la conformación de distintos centros de veteranos, merecidas ayudas económicas, reconocimiento como verdaderos héroes que son y la integración social definitiva que cada excombatiente se ganó por derecho propio.
Hoy a 39 años de esa gesta podemos ver a esos héroes de Malvinas ganando esta segunda contienda con la misma valentía que libraron aquella y tal vez, ahora, la Paz invada sus almas y las de todos los argentinos que sintieron y sienten lo de Malvinas como una “Cuestión de Honor”.
Por Mario Enrique Barrera
Fuente: https://diariosanrafael.com.ar/
La dura realidad de los que al regresar no obtuvieron retorno
Malvinas: las huellas dramáticas de la posguerra

“Constitución, junio de 1982. Cuando terminó la guerra, Claudio Maximiliano Estigarribia regresó a la base naval Puerto Belgrano, en Punta Alta.

Sus superiores le ordenaron que no dijera nada a nadie sobre lo que había visto y vivido y le concedieron un franco de dos días. Estigarribia se tomó un tren que desde Punta Alta lo llevó hasta la estación de Constitución. Se vistió con el uniforme de gala de la Armada. Esperaba que, una vez en Buenos Aires, la gente le brindara alguna manifestación espontánea de afecto. Nada de eso ocurrió. Maximiliano creyó que le reprochaban haber perdido la guerra.
Fuera de la estación, paró un colectivo de la línea 17. No tenía plata. Subió. Tuvo la fugaz sensación de que los pasajeros lo observaban.
– ¿Me lleva? -le preguntó al chofer.
– No, tenés que bajarte.
– Mire, acabo de llegar de Malvinas -explicó.
– No es mi problema.
Bajó del colectivo conteniendo las ganas de llorar. Avergonzado -no tenía la costumbre de pedir dinero a desconocidos- , consiguió que una anciana le diera plata para el boleto. Así pudo regresar a su casa, en Wilde”.
En el momento de publicarse la crónica de Riera sobre el destino de un grupo de veteranos de Malvinas (Rolling Stone, 2000, “Nuestro Vietnam”) Claudio Maximiliano Estigarribia vendía reglas en los trenes con la inscripción “¡¡¡MALVINAS ARGENTINAS para siempre!!!”. Lo hacía para sobrevivir, en tres horas de trabajo de un trayecto a otro obtenía algo así como seis pesos, dos pesos por cada hora. Antes tuvo un serio accidente en moto con pérdida parcial de la memoria y estuvo bajo tratamiento psiquiátrico en Campo de Mayo.
En la vida, cada quien sobrelleva una tragedia como puede y nadie puede medir en base a comparaciones el peso de un dolor, la profundidad de un trauma, el insondable lugar de las heridas. Y a veces no se consigue sobrellevarla. Quizás sólo cabe señalar que de las historias que cuenta Riera en su nota, la de “Maxi” no concluye en suicidio, quizás el tema central y que más impresiona de este punto de referencia periodístico en la evocación de la guerra que en 1982, y durante 74 días, enfrentó a las armas de Argentina, conformadas en su mayoría por jóvenes conscriptos, con las de Gran Bretaña, por la recuperación de las Islas Malvinas, al Sur del país.
La de Maxi no. Pero la de más de 350, sí. No hay datos oficiales, pero hay quienes afirman que, en realidad, la cifra actualizada supera los 450 ex combatientes que se quitaron la vida después del conflicto.
La magnitud de este aspecto de la tragedia significa por sí mismo, sin necesidad de abundar demasiado en estadísticas, pero vale considerar que la cantidad de suicidios guarda una proporción luctuosa y alarmante con respecto a los 649 soldados que murieron en combate en las islas (más del 50 por ciento). Sólo en los primeros años de posguerra hubo 50 víctimas de suicidio por año.
“Todos los que estuvimos en Malvinas nos preguntamos en algún momento si no hubiera sido mejor que nos quedáramos allá. Siempre surge la pregunta: ¿por qué él, por qué mi compañero, y no yo?”, intentaba explicar hace unos años al matutino La Nación César González Trejo, fundador de la Federación de Veteranos de Guerra.

González Trejo recordó en esa oportunidad a su compañero de lucha, Ignacio Bazán, quien decidió quitarse la vida en 2006. Bazán, con 19 años, había sido condecorado con la medalla de honor al valor en combate por el rescate de un soldado que había caído al mar. “Un día no tenía un mango y fue a empeñar la medalla al Banco Ciudad”, relató con tristeza el dirigente de los veteranos, al tiempo que remarcó que aquel amigo estaba orgulloso de su experiencia. Sin embargo, en su carta de despedida expresó que se sentía “muy solo”.
“También hay muchas muertes que se catalogan como accidentes y que pudieron estar motivadas en un impulso de autodestrucción”, indicó González Trejo, sucede que en estos casos no hay cartas de despedida. Eso, más aquellos intentos de quitarse la vida que no llegaron a concretarse.
Edgardo Esteban, ex combatiente, periodista y coautor de la novela ficcionada “Iluminados por el fuego” sobre el que se hizo una de las películas más deplorables, falaz y degradante del Soldado de la Guerra, contó: “yo sentía que el drama de lo que vivimos permanecía dentro de nosotros. No hubo políticas de contención psicológica por parte del Estado”.
Esteban, como parte integrante del aparato desmalvinizador, también expuso que “al volver, las autoridades y la sociedad se comportaban como si los soldados fuéramos los responsables de la derrota. Hubo un acuerdo tácito para olvidar la guerra, escondernos y borrar de nuestras mentes lo vivido. Para obtener la baja militar, los oficiales hicieron firmar a los soldados una declaración jurada, en la que nos comprometíamos a callar y por ende a olvidar. Hablar de lo ocurrido durante la guerra, fue lo primero que nos prohibieron. Así, el dolor, las humillaciones, la frustración, el desengaño, la furia quedaron dentro de cada uno de nosotros hasta tornarse insoportables en muchos casos”.
La falta de atención inicial por parte del Estado y la reacción de negación que hubo en la sociedad tras la derrota que marcó, al mismo tiempo, el fin de la dictadura militar impuesta en 1976, resultan factores claves, de acuerdo a los especialistas, al momento del análisis de las causas. También el aislamiento social y la falta de trabajo.
Los sobrevivientes argentinos de la guerra se calculan entre 14 mil y 25 mil. Un estudio realizado determinó que el 58 por ciento de esos ex combatientes experimentaron episodios de depresión relacionados con el conflicto, más del 70 por ciento sufrió trastornos relacionados con el sueño y un 28 por ciento tuvo ideas de suicidio. El trastorno de stress postraumático es el que se asocia mayormente con esta vivencia, el que suele estar vinculado también a ataques de pánico, irritabilidad, abuso de drogas y conductas de miedo extremo, evitación o vergüenza, consigna un trabajo de la Facultad Regional de La Plata de la Universidad Tecnológica Nacional.
– No es mi problema.
La respuesta de aquel chofer de colectivo dicha en la cara a un ex combatiente a poco de terminada la guerra, y después de aquella Plaza de Mayo colmada que entre “viva la Patria” saludaba el anuncio de recuperación de las islas por parte del dictador Leopoldo Galtieri, es parte de una realidad dolorosa que se hace mucho más manifiesta en abril con una conmemoración recubierta por la superficie del feriado.
Pero también es más, porque lamentablemente ese “no es mi problema” registrado en la memoria de aquel soldado y rescatado por el hábil oficio de un periodista, es reflejo de “lo tan típicamente argentino” que nos daña como sociedad e imposibilita el progreso. Una realidad actual, vigente en múltiples aspectos, que aún reclama una asunción y un cambio maduro, responsable, solidario, que permita estar a la altura del heroísmo al que se afirma rendir homenaje o, al menos, de considerarse integrante digno de una verdadera nación.

Como contraste, la actitud de un conocido que en estos días caminando por la calle junto a un amigo se encontró de frente con un puesto donde ex combatientes repartían folletos, exponían fotos, recuerdos, manifestaban -ya sin llevar la cuenta de las cientos de veces que lo hicieron- sus demandas, sus historias. Quizás vendieran reglas, como Maxi, el de la crónica de Riera. En suma, la búsqueda de ese contacto que los haga sentir menos “héroes” y más parte.
Se detuvo, los escuchó un momento, al final les ofreció ayuda y se dieron un apretón de mano.
Volvió donde su amigo.
– Más allá de esos papeles que reparten, ¿cómo sabes si son ex combatientes? -quiso saber, en tono bajo y suspicaz, el otro, el que se mantuvo alejado.
La respuesta surgió espontánea:
– En realidad, no sé. Pero podrían serlo. Y por nada del mundo, si está en mis posibilidades, me permitiría faltarle el respeto e ignorar a uno de ellos.
A veces, sólo eso basta.
www.lariojaesnoticia.com.ar
Cementerio de Darwin

El Cementerio de Darwin es un cementerio militar de las Islas Malvinas que fue habilitado por el Reino Unido para sepultar a Combatientes de Argentina que murieron en la Guerra del Atlántico Sur en 1982.
Se encuentra localizado a dos kilómetros del Puerto Darwin,0 en la isla Soledad y a 88 kilómetros de la localidad de Puerto Argentino, con la cual enlaza a través de un camino de ripio.
Del total de 649 argentinos que murieron en el conflicto, 237 de ellos fueron enterrados en este cementerio, de los cuales menos de diez se encuentran sin identificar. Al momento de escribir estos apuntes se trabaja para la identificación de estos últimos cuerpos. Todos ellos fueron declarados por la Argentina como «Héroes nacionales» a través de la Ley Nacional 24 950 de 1998.

Historia
El cementerio sirvió inicialmente para el entierro de los 47 efectivos que murieron en la cercana batalla de Pradera del Ganso, librada entre el 27 y 29 de mayo en el istmo de Darwin. Al finalizar el conflicto, las ilegítimas autoridades militares británicas inhumaron en el cementerio de Puerto Argentino a 218 soldados argentinos, algunos de los cuales se encontraban en tumbas colectivas y restos de los campos de batalla en distintos puntos del archipiélago. Las tareas fueron llevadas a cabo por la Commonwealth War Graves Commission, bajo supervisión del Comité Internacional de la Cruz Roja.

Soldados argentinos sepultados en fosas colectivas al finalizar las batallas, en junio de 1982
Después del conflicto el Reino Unido se ofreció a enviar los cuerpos a la parte continental argentina, pero los familiares de los caídos se negaron argumentando que «no hay nada que repatriar, porque están en su Patria», reivindicando el reclamo argentino sobre las islas.
Todos fueron enterrados individualmente con todos los honores militares y una sola misa cristiana. La construcción y organización del sitio fue llevada a cabo por el coronel británico Geoffrey Cardozo.

Cementerio de Darwin en 1983
Muchos isleños se han manifestado en contra de la permanencia del cementerio, ya que según ellos el gobierno argentino «usa esto para razones políticas». Algunos de ellos declaran que sería mejor que los restos estuviesen en la parte continental de Argentina. La ubicación fue una condición dada por los isleños para permitir que fuera construido el lugar, pero que las cruces no pudieran ser vistas desde las cercanas localidades de Puerto Darwin y Pradera del Ganso. El cementerio está dentro de una pequeña hondonada, rodeada de cerros y cursos de agua intermitentes, fuera de la vista de los malvinenses. Para llegar, al costado de Darwin Road hay un pequeño cartel que indica Argentine Cemetery.
Los cuerpos de tres pilotos argentinos hallados después del final de la guerra conflicto, fueron enterrados también allí. El capitán Jorge Osvaldo García salió expulsado con éxito de su Skyhawk después de ser derribado por un misil tierra-aire Sea Dart el 25 de mayo de 1982, pero su cuerpo no fue recuperado del agua. Al año siguiente fue encontrado y llevado a la isla Golding y luego al cementerio de Darwin. El teniente Giménez, fue piloto de un Pucará y su cuerpo no fue encontrado sino hasta 1986. A su entierro asistieron sus familiares, quienes fueron los primeros parientes de los soldados argentinos en visitar las islas tras la guerra.
El tercer piloto argentino fue el teniente Jorge Casco, cuyos restos se encontraron en 1999 cerca de la Isla de los Arrecifes. Estos no pudieron ser reconocidos, ya que no se encontraron sus placas identificatorias, y recién en julio de 2008, cuando fueron entregados a la Argentina, se los pudo enviar al Banco Nacional Genético del Hospital Durand, donde luego de realizar las pruebas de ADN se confirmó su identidad. Fue enterrado con honores militares en el cementerio el 7 de marzo de 2009, tras un pedido de los familiares.
Desde la declaración conjunta de Argentina y el Reino Unido del 14 de julio de 1999, hecha por los ministros de exteriores Guido Di Tella y Robin Cook, siendo parte estos de los deshonrosos y traidores “Acuerdos de Madrid”, los familiares de los fallecidos son responsables del mantenimiento del cementerio. El acuerdo también permitió los viajes de dichos familiares a las islas y la construcción de un monumento a los caídos.

Hasta junio de 2004 el cementerio estaba rodeado por una pequeña cerca blanca, la parcela está ahora cubierta de césped y protegida por un recinto amurallado con un cenotafio incluyendo una imagen de la santa patrona de Argentina, la Virgen de Luján. El cenotafio y el monumento fueron ideados, construidos y financiados por la Comisión de Familiares de los Caídos. La imagen de la Virgen de Luján recorrió todas las provincias argentinas antes de llegar a la isla.

El monumento fue aprobado por el gobierno británico de las islas luego de varias modificaciones de tamaño. La obra fue diseñada por los arquitectos Mónica Cordero de Berraz y Carlos D’Aprile. La estructura fue premoldeada en la Argentina continental y trasladada al cementerio en febrero de 2004 en un buque con la bandera de Antigua y Barbuda. Su armado fue realizado por una empresa británica, y finalizando en abril del mismo año. El costo total fue de casi un millón de dólares, financiado por la comisión de familiares y por el empresario argentino Eduardo Eurnekián.

El monumento fue inaugurado en octubre de 2009 junto con la remodelación del cementerio ante 300 familiares de caídos. El acto formal de la inauguración incluyó una ceremonia religiosa compartida por el capellán durante el conflicto, Vicente Martínez, el obispo de Río Gallegos, Juan Carlos Romanín, el sacerdote Sebastián Combiny de la provincia de Santiago del Estero y el sacerdote de las islas, Peter Norris.
Características
En 2013 el cementerio de Darwin tenía 237 sepultados; 230 se encuentran en tumbas individuales, mientras que siete fallecidos están en dos fosas comunes: una con cuatro tripulantes de un helicóptero y otra con tres tripulantes de un Learjet. De las 230 tumbas, menos de diez, al momento de estos apuntes, son desconocidos y están marcados con la frase «Soldado argentino solo conocido por Dios». 89 cuerpos fueron enterrados en otros lugares o en su gran mayoría no fueron recuperados. A todos los soldados enterrados se les dio sepultura con honores militares. Cada tumba está marcada por una cruz de madera blanca con el nombre del soldado en ella, si se conoce, o con la frase anteriormente citada. En todas ellas cuelgan rosarios.
El cementerio está dividido en tres sectores: norte, este y oeste. El Monumento inaugurado en 2009 está formado por 24 placas de granito con el nombre de todos los 649 argentinos fallecidos en el conflicto, sin ninguna indicación de rango militar o de servicio, conforme a lo solicitado por sus familias. También hay una ermita, una gran cruz principal y una placa conmemorativa.
Una réplica de la Virgen de Luján del cementerio, llamada Nuestra Señora de las Malvinas, comenzó en 2013 a recorrer desde La Quiaca, provincia de Jujuy, hasta Ushuaia, Tierra del Fuego, bajo el lema «recuperemos la llama de la argentinidad».
Lugar histórico nacional
El 11 de diciembre de 2008 el Congreso de la Nación Argentina sancionó el decreto nacional 2131 que declaró lugar histórico nacional al cementerio de Puerto Darwin. Luego, se lo volvió a declarar lugar histórico nacional a través de la ley nacional 26.498 del 4 de junio de
Banderas de Argentina
Durante los acuerdos de 1999, no se hizo referencia al uso o no de la bandera argentina en el cementerio, pese a los pedidos e intenciones del gobierno de dicho país. En 2008, la cancillería argentina acordó con la embajada británica en Buenos Aires para que una bandera argentina flamee de forma permanente en las islas, desde la guerra. Hasta entonces, el gobierno británico e isleño prohibían que la bandera argentina flameara en el cementerio. Pese a esto y al enojo de los malvinenses, grupos de excombatientes lo han hecho en homenaje en algunas ocasiones.
En 1999, el gobierno argentino buscó la aprobación británica para acompañar el monumento con una bandera argentina. Luego se habló de incluir una bandera tallada en la obra o pintar el monumento de celeste y blanco. Finalmente, quedó en la nada por el rechazo kelper y la «sensibilidad» y rechazo de la población isleña contra muestras de nacionalismo argentino.
Estos actos han provocado reacciones negativas en el gobierno local. La prohibición también alcanzaba a la imagen de la Virgen de Luján, ya que su manto lleva los colores celeste y blanco. En abril de 2007 un grupo de excombatientes desplegaron una bandera argentina en el cementerio causando polémica en el gobierno isleño. El entonces gobernador colonial, Alan Huckle, lo calificó como «un gesto insensato y provocativo» y dijo que «episodios como éste no ayudan y no deben repetirse». El jefe de policía isleño vigiló el lugar tras el incidente.
Hoy en día, flamear los colores de la Bandera Argentina está prohibido por la legislación isleña en el resto de las Malvinas, debido a la «sensibilidad» de los habitantes de usurpación.

A la memoria de los 649 caídos en la Gesta Malvinense

El 14 de junio de 1982 cesaban las hostilidades. La Batalla por las Islas Malvinas e islas del Atlántico Sur había llegado a su fin. Los soldados, aviadores y marinos argentinos probablemente enfrentaban uno de los días más amargos y difíciles: luego de una campaña desgastante, cargada de todas las sensaciones propias de una guerra, y de batirse con gallardía allí donde hubo un Argentino bien nacido, las tropas nacionales finalmente cedían ante el cerco británico.
Sobre la turba, en el aire y en las frías aguas del Atlántico Sur, 649 Argentinos supieron realizar el máximo sacrificio que un ciudadano puede otorgar a su Patria, quedando como mojones inamovibles y perennes de un reclamo inclaudicable de la Nación Argentina. Por esta razón, es nuestra obligación mantener vivo su recuerdo y honrarlos permanentemente.

Desde Zona Militar rendimos este humilde homenaje a los 649 Caídos en la Guerra de las Malvinas
ARMADA ARGENTINA
ACEVEDO, Ignacio Alfredo
AGUILA, Jorge Néstor
AGUIRRE, Félix Ernesto
AGUIRRE, Juan José
AGUIRRE, Miguel
AHUMADA, Hugo Dardo
AHUMADA, Julio Cesar
ALANCAY, Mario Rolando
ALEMAN, Humberto César
ALFARO, Miguel Alberto
ALMIRÓN, Walter Norberto
ALMONACID, Mario
ÁLVAREZ, Cesar Ernesto
ÁLVAREZ, Oscar Manuel
ÁLVAREZ, Rubén Horacio
AMARILLA, Hipólito Jorge Daniel
AMESGARAY, Alberto Edgardo
ANDRADA, Manuel Antonio
ANDRADA, Norberto
ARCE, Ángel Antonio
ARTUSO, Félix Oscar
ÁVILA, Heriberto
ÁVILA, Leopoldo Marcelo
AZAR, Domingo Miguel
BÁEZ, Roberto Antonio
BAIUD, Jorge Carlos
BALMACEDA, Argentino Antonio
BARRIONUEVO, Juan Edelmiro
BARRIONUEVO, Robustiano Armando
BARRIOS, Ramon
BEDINI, Juan Domingo
BEHRENDT, Edgardo Gustavo
BENÍTEZ, Carlos Alberto
BENÍTEZ, Juan Rogelio
BENÍTEZ, Pantaleón
BOLLERO, Jorge Alfredo
BOLLO, Juan Carlos
BORDON, Antonio Mario
BORDON, Miguel Ángel
BORDOY, Roberto Aldo
BOTTARO, José Esteban Francisco
BOUTRON, Rubén Isidoro
BRIZUELA, Osvaldo Luis
BROUCHOUD, Delis Héctor
CABALLERO, Héctor Ricardo
CABALLERO, Roberto Marcelino
CÁCERES, Luis Martin
CÁCEREZ, Francisco
CAMPOS, Bernardino Isidoro
CARDOZO, José Daniel
CARDOZO, Julio Antonio
CASALI, Héctor Aníbal
CASSANO, Julio Ernesto
CASTILLO, Julio Saturnino
CASTILLO, Osvaldo Roque
CASTRO, Néstor Daniel
CASTRO, Pedro Antonio
CATICHA, Rubén Darío
CAVIGIOLI, Hugo Daniel
CAYO, Antonio Máximo
CERLES, Héctor Abel
CHAILE, José Francisco
CHAILE, Omar Andrés
CICOTTI, Jorge Enrique
CISNEROS, Omar Santiago
COLOMBO, Oscar Aldo
CONDORI, Nieve Claudio
CÓRDOBA, Juan Carlos
CÓRDOBA, Néstor David
CORONEL, Abel Eugenio
CORREA, Héctor Basilio
CORVALÁN, Néstor Daniel
CRUZ, Orlando
CUELLO, Julio Cesar
CUEVA, Carlos Alberto Del Rosario
CUEVAS, Alejandro Omar
D’ERRICO, Roberto Tomás
DABALO, Juan Carlos
DE CHIARA, Orlando
DE ROSA, Rubén Norberto
DEL MONTE, Ernesto Rubén
DÍAZ, Antonio María
DÍAZ, Luis Roberto
DÍAZ, Vicente Antonio
DIEZ GOMEZ, Héctor Hugo
DORGAMBIDE, Fernando
DUFRECHOU, Héctor Antonio
DUKS, Jorge Carlos
ESCOBAR, Orlando Adrián
ESCOBAR, René Antonio
ESCUDERO, Juan Miguel
ESTUREL, Daniel Osvaldo
FABIÁN, Ramón Vicente
FAJARDO, Sixto Javier
FALCÓN, Justo Silverio
FARFAN, Raúl Aristóbulo
FATTORI, Gabriel Gustavo
FAUR, José Dante
FERNÁNDEZ, Francisco Velindo
FERNÁNDEZ, Hugo Ramón
FERNÁNDEZ, Luis Roberto
FERNÁNDEZ, Manuel Domingo
FERREYRA, Diego
FERREYRA, Gerardo Ramon
FIGUEROA, Carlos Ignacio
FLEITAS, Matías
FLORES, Luis Rolando
FLORES, Mario Enrique
FLORICE, Raúl Omar
FRANCISQUEZ, Néstor Luján
FREGOTE, Osvaldo Luis
FREITES, Cesar Julio
FROLA, Mario Esteban
FUENTES, Julio Cesar
FÚNEZ, Mario Alberto
GAGLIANONE, Marcelo Claudio
GALARZA, José Luis
GALEANO, José María
GALLARDO, Ricardo Gabriel
GALLIANO, Hugo Alberto
GALLO, Felipe Santiago
GALLO, Luis Antonio Ramon
GALVÁN, Juan Rolando
GALVARNE, Osvaldo Aníbal
GALVEZ, Francisco Alfredo
GAONA, José Antonio
GARCÍA, Antonio Fernando
GARCÍA, José Luis
GARCÍA, Omar Luis
GATICA, Hugo Ramón
GAZAL, Enrique Omar
GEMMA, Carlos Leonardo
GIACHINO, Pedro Edgardo
GIANOTTI, Luis Armando
GIARETTI, Claudio Marcelo
GIORGI, Humberto Omar
GIUSEPPETTI, Sergio
GODOY, Rubén Oscar
GÓMEZ ROCA, Sergio Raúl
GÓMEZ, Alberto Edmundo
GÓMEZ, Alcides Romualdo
GÓMEZ, Edgardo José
GÓMEZ, José Luis
GÓMEZ, Juan Alberto
GÓMEZ, Juan José
GÓMEZ, Miguel Ángel
GANZÁLEZ, Alfredo Alejandro
GONZÁLEZ, Antonio Raúl
GONZÁLEZ, Carlos Ángel
GONZÁLEZ, Evaristo
GONZÁLEZ, Ignacio Eloy
GONZÁLEZ, Juan Carlos
GONZÁLEZ, Juan Carlos
GONZÁLEZ, Mario Luis
GONZÁLEZ, Miguel Antonio
GORORDO, Raúl Omar
GOROSITO, Héctor Omar
GOROSITO, Néstor Cesar
GOROSITO, Omar Hilario
GRANADO, José Carlos
GRANIC, Claudio
GREGORI, Juan Luis Domingo
GRIMOLDI, Claudio Ariel
GROSSO, Claudio Norberto
GUANCA, Patricio Alfredo
GUERRERO, Marcelino
GUIZZO, Norberto Delfín
GUTIERREZ, Ramón
HEREDIA, Hugo Alberto
HEREDIA, José Luis
HORSZCZARUK, Pedro Ricardo Segundo
HUDEPOHL, Enrique Joaquín
IBAÑEZ, Benito Horacio
IBAÑEZ, Luis Alberto
ILLANES, Orlando Antonio
INCHAUSPE, Jorge Roberto
INSAURRALDE, Dejesús Mario
INTERLICHIA, Jorge Alberto
ISELLI, Sergio Luis
IÑIGUEZ, Golofredo Omar
JIRA, Isaac Flavio
JUARES, Víctor Hugo
JUAREZ, Ángel Ricardo
JURIO, Alfredo
LACROIX, Tulio Esteban
LAGOS, Daniel Enrique
LAGUNA, Teodoro
LAMAS, Marcos Antonio
LAPORTE, Osmar Lorenzo
LAZIAR, Antonio Hilario
LEGUIZAMO, Raúl Alberto
LENA, Juan Carlos
LENCINA, Juan Carlos
LEYES, Roberto
LEZCANO, Arcelio Esteban
LIMA, Antonio Manuel
LLANOS, Hugo Ángel León
LOBO, Roberto Segundo
LOBOS, Julio César
LÓPEZ, Cristóbal Cástulo
LOREIRO, Rubén Alberto
LUCERO, José Esteban
LUGO, Fernando Esteban
LUZARDO, Rafael
MACIEL, Enrique Alejandro
MACIEL, Jorge Adolfo
MACIEL, Martin Omar Augusto
MADRID, Omar Alfredo
MAGLIOTTI, Sergio Daniel
MAMANI, Justo Eustaquio
MANSILLA, Oscar Edgardo
MARAGLIANO, Saverio José
MARCHISIO, Gerardo Marcelo
MÁRQUEZ, Marcelo Gustavo
MARTÍNEZ, Osvaldo Francisco
MARTINO, Alberto
MASÍN, Félix Tarcisio
MECCA, Adolfo Eduardo
MEDINA, Carlos Hugo
MEDINA, Manuel Alberto
MEDINA, Sergio Rubén
MELIAN, Anselmo Nicomedes
MÉNDEZ, José Alberto
MENDIETA, Héctor Eduardo
MENDIETA, Jorge Lorenzo
MENDIETA, Pedro Antonio
MENDOZA, Julio Martin
MERAVIGLIA, Ricardo Omar
MESLER, Oscar José
MEZA, Miguel Ángel
MEZA, Ramón Antonio
MIGUEL, Daniel Enrique
MIGUEL, Eduardo Elías
MINA, Omar Héctor
MIRANDA, Gerardo Nicolás
MIRETTI, Gustavo Osvaldo
MOLINA, Adolfo Ernesto
MOLINA, Jerónimo Ybar
MONTEGROSSO, Oscar Alfredo
MONZÓN, Eleodoro
MONZÓN, Julio Cesar
MORANDO, Néstor Alberto
MORENO, Edgardo Rubén
MORENO, Ramón Aldo
MORENO, Waldo Eduardo
MORETTO, Hugo José
MOTTA, Oscar Alfredo
MOYANO, Sergio Daniel
MULLER, René Omar
MUÑOZ, Juan Carlos
NAVARRO, Ibanor
NIEVA, Víctor Antonio
NUÑEZ, Tomas Ángel
NUÑEZ, Víctor Raúl
OBREGÓN, Pablo
OCAMPO, Julián Héctor
OJEDA, Antonio Javier
OLARIAGA, Nicolás Roberto
OLAVARRÍA, Víctor Oscar
OLIVIERI, Claudio
OLVEIRA, Manuel
ORDÓÑEZ, Ramón Edmundo
ORELLANA, José Del Carmen
ORELLANO, José Alberto
ORTIZ, Pablo Armando
ORTIZ, Restituto
OVIEDO, Augusto Oscar
PALLARES, Víctor Daniel
PANIGADI, Tulio Néstor
PARDOU, Jorge Delfino
PAREDES, Roque Antonio
PASINATO, Jorge Oscar
PATRONE, Aldo Osmar
PAZ, Miguel Roberto
PAZ, Ricardo Armando
PERALTA, Jorge Carlos
PERALTA, José Luis
PERDOMO, Marcelo Fabian
PEREYRA, Enrique Omar
PEREYRA, Ramón Gregorio Ovidio
PEREYRA, Ramón Osvaldo
PEREZ, Roberto Eulalio
PEÑA, Juan Efraín
PIEDRABUENA, Eduardo José Luis
PINEDA, Ricardo Lionel
PINTOS, Fabian
POLITIS, Jorge Nicolás
PORTILLO, Rito Florencio
PRAMPARO, Edgardo Roberto
PUCHETA, José Ernesto
QUILAHUEQUE, Isaías
QUINTANA, Roque Ramon
QUIPILDOR, Oscar Alberto
RAGNI, Héctor Osvaldo
RAMÍREZ, José Luis
RAMÍREZ, Ricardo
RAMÍREZ, Ricardo Argentino
RAMOS, Eleuterio Hilario
RAVA, Juan Francisco
REARTES, Ricardo Alfredo
REGUERA, Juan Carlos
RICARTE, Martín Mauricio
RÍOS, Héctor Rubén
RIVAS, Abraham Rafael
ROBLEDO, Sergio Ariel
RODRÍGUEZ, José Humberto
RODRÍGUEZ, Rubén Orlando
ROJAS, Rubén Horacio
ROLLA, Héctor Miguel
ROLLHEISER, Carlos Enrique
ROMANO, Aroldo Rubén
ROMERO, Daniel Alberto
ROMERO, Francisco
ROMERO, José Alberto
ROMERO, Marcelo Oscar
ROMERO, Raúl Ricardo
ROMERO, Teodoro Roberto
RUBIO, Reinaldo Omar
RUIZ, Jorge Dennys
RUIZ, Ricardo Horacio
RUPP, Omar Alberto
SAJAMA, Antenor
SALAS CASTRO, Jorge Luis
SANABRIA, Saturnino
SÁNCHEZ, Juan Simón
SANCHO, Roberto Enrique
SANDOVAL, Néstor Omar
SARMIENTO, Aníbal Cesar
SCAGLIONE, Claudio Norberto
SEITÚN, Gustavo Daniel
SENDROS, Jorge Alberto
SEVILLA, Gerardo Esteban
SILVA, Eduardo Tomás
SIRI, Fabián Edgardo
SISTERNA, Jorge Luis
SORIA, Roque Luis
SORIANO, Miguel Ángel
SOSA, Fabián Enrique
SOSA, Jorge Roberto
SOSA, José Luis
SOSA, Miguel Ángel Antonio
SOSA, Osvaldo Francisco
SOTELO, Soriano
SUELDO, Atilio Indalecio
TASIUK, Miguel Ángel
TELLO, Julio Cesar
TEVEZ, Guillermo Omar
TIBALDO, Rene Ángel
TOLEDO, Lorenzo Gabriel
TONINA, Elvio Daniel
TORLASCHI, Emilio Carlos
TORRES, Jorge Rubén
TORRES, Pedro Ángel
TORRES, Ricardo Alberto
TORRES, Rubén Alberto
TORTOSA, Claudio Omar
TULIS, José Alberto
TURANO, Juan Ramon
UZQUEDA, Roberto Antonio
VALDEZ, Carlos Alberto
VANEGA, Carlos Humberto
VARGAS GARCIA, Héctor Alejandro
VARGAS, Omar Osvaldo
VASSALLO, Ángel Omar
VÁZQUEZ, Julio Oscar
VELÁZQUEZ, Miguel Marcelo
VÉLEZ, Jorge Luis
VENDRAMIN, Pedro Antonio
VENTANCU, Martin Rey
VERA, Darío Eleodoro
VERA, Omar Elvio
VERGARA, Alejandro Antonio
VERÓN, Armando Rosa
VERÓN, Juan Alberto
VILA, Carlos Daniel
VILCA CONDORI, Mario
VILLA, José Orlando
VILLALBA, Oscar Antonino
VILLEGAS, José Agustín
VILLORDO, Mario Oscar
VIVIER, Néstor Edgar
YACANTE, Jorge Antonio
ZABALA, Mario José
ZALAZAR, Ramón Elías
ZANGANI, Juan Carlos
ZAPATA, Cesar Alberto
ZÁRATE, Sergio Rubén
ZARZOSO, Fernando Fabián
ZOLORZANO, Ramón Agustín
ZUBIZARRETA, Carlos María
ZURBRIGGEN, Elías Luis
EJÉRCITO ARGENTINO
ACUÑA, Juan José
AGUILAR, Eusebio Antonio
AGUILERA, Luis Orlando
AGUIRRE, Alberto Marcelino
ALEGRE, Celso
ALEGRE, Raúl
ALLENDE, José Luis
ALMARAZ, Bernardino Benito
ANTIECO, Simón Oscar
ARAUJO, Elbio Eduardo
ARRASCAETA, Miguel Ángel
AUSTIN, Ricardo Andrés
ÁVALOS, Ofelio Víctor
ÁVALOS, Omar Alberto
ÁVILA, Miguel Ángel
AYALA, Juan Alejandro
AYLAN, Orlando
AZCARATE, Sergio Omar
BALDINI, Juan Domingo
BALVIDARES, Horacio Adolfo
BARRIOS, Rafael
BASTIDA, Claudio Alfredo
BECERRA, Walter Ignacio
BELLINZONA, Diego Martin
BENÍTEZ, Ángel
BENZO, Víctor Jesús
BLANCO, Ramon Cirilo
BLANCO, Rene Pascual
BLAS, Oscar Humberto
BORDÓN, Luis Jorge
BRITO, Omar Aníbal
BUSCHIAZZO, Juan Carlos
BUSTO, Roberto Adrián
CABALLERO, Ramon Salvador
CABRERA, Adolfo Luis
CABRERA, Ramon Ángel
CAO, Julio Rubén
CARBALLIDO, Sergio Alberto
CARRASCULL, Fabricio Edgar
CASCO, Carlos Epifanio
CASTRO, Mario Rodolfo
CHAVES, Alberto Fernando
CISNEROS, Mario Antonio
CURIMA, José Domingo
DACHARY, Alejandro
DEL HIERRO, José Luis
DESZA, Sergio Raúl
DIARTE, Oscar Daniel
DIAZ, Carlos Agustin
DIAZ, Luis Alberto
DIMOTTA, Raúl Horacio
DWORAK, Vladimiro
ECHAVE, Horacio José
ENCINA, José Alberto
ESPINOSA, Ernesto Emilio
ESTÉVEZ, Roberto Néstor
FALCÓN, Miguel
FERNÁNDEZ, Carmelo
FERNÁNDEZ, Remigio Antonio
FERRAU, José Ramon
FERREYRA, Aldo Omar
FIORITO, Roberto Mario
FOLCH, Andrés Aníbal
FRÍAS, Carlos Alberto
GABRIELLI, Fabian Mario
GARCÍA CAÑETE, Mario Aquilino
GARCÍA, Ramon
GARCÍA, Sergio Ismael
GATTONI, Alfredo
GIRAUDO, Horacio Lorenzo
GÓMEZ , Rubén Horacio
GÓMEZ, Eduardo
GÓMEZ, Mario
GÓMEZ, Martiniano
GÓMEZ, Raúl Adrián
GONZÁLEZ, Miguel Ángel
GONZÁLEZ, Hipólito
GONZÁLEZ, Néstor Miguel
GONZÁLEZ, Osmar Luis
GRAMISCI, Donato Manuel
GRANADO, Guillermo Ernesto
GREGORIO, Alfredo
GURRIERI, Ricardo Mario
HERRERA, Omar Jesús
HERRERA, Ricardo Horacio
HORISBERGER, Juan Domingo
HORNOS, Carlos Alberto
INDINO, Ignacio María
JUAREZ, Alberto Manuel
LABALTA, Oscar Eduardo
LARROSA, Pedro Florentino
LEDESMA, Juan Roberto
LLAMAS, Jorge Alberto
LUDUEÑA, Jorge Daniel
LUGO, Fernando Jesús
LUNA, Ricardo José
LUQUE, Daniel Omar
MACIEL, Gerónimo
MACIEL, Ireneo Osvaldo
MAIDANA, Julio Héctor
MARCIAL, Edmundo Federico
MÁRQUEZ, Rubén Eduardo
MARTELLA, Luis Carlos
MASSAD, Marcelo Daniel
MÉNDEZ, Luis José
MENDOZA, Ireneo
MIÑO, Luis
MONTELLANO, Héctor Carlos
MONZÓN, Juan Carlos
MOSCHEN, Alberto José
MOSTO, Carlos Gustavo
NOSIKOSKI, Sergio Fabian
NOVOA, Marcelo Sergio
NUÑEZ, Guillermo
OCHOA, Edgard Néstor
OJEDA, Guillermo Raúl
OROZCO, Pedro Alberto
ORTEGA, José Honorio
OSYGUSS, Carlos Omar
OVIEDO, Héctor Rubén
PACHOLCZUK, Rolando Máximo
PÁEZ, Celso
PALAVECINO, Ramon Orlando
PASCUAL, Miguel Ángel
PAVÓN, Alberto Genaro
PEGORARO, Néstor Cesar Avelino
PERALTA, Juan Anselmo
PEREIRA, Dante Luis Segundo
PEREYRA, Alejandro Raúl
PÉREZ, Vicente Ramon
PETRUCELLI, Alberto Daniel
PIZARRO, Néstor Osvaldo
PLANES, Marcelo Gustavo
QUINTANA, Juan
QUINTANA, Ramon Omar
QUISPE, Ángel Fidel
RAMIREZ, Rubén Norberto
RAMOS, Alberto Rolando
REYES LOBOS, José Antonio
RÍOS, Darío Rolando
RÍOS, José Luis
RIQUELME, Segundino Antonio
ROCHA, Isaac Erasmo
RODRÍGUEZ, Andrés Daniel
RODRÍGUEZ, José Luis
RODRÍGUEZ, Juan Domingo
RODRÍGUEZ, Macedonio
RODRÍGUEZ, Mario Gustavo
RODRÍGUEZ, Víctor
RODRÍGUEZ, Víctor
ROMERO, Claudio Alejandro
ROMERO, Jorge Eduardo
ROMERO, José Luciano
ROMERO, Julio
ROMERO, Julio
RON, Jorge Alberto
RONCONI, Enrique Horacio
RUIZ DIAZ, Gabino
SÁNCHEZ, Mario
SÁNCHEZ, Roque Evaristo
SBERT, Mateo Antonio
SEGOVIA, Higinio
SEGURA, Julio Cesar
SERRADORI, Juan Raúl
SILVA, Oscar Augusto
SINCHICAY, Sergio Cesar
SORIA, Jorge Oscar
SOSA, Eduardo
TORRES, Omar Enrique
UGALDE, Daniel Alberto
VALLEJO, Eduardo Antonio
VALLEJOS, Adolfo Víctor
VARGAS, Alejandro Pedro
VERDÚN, Roberto
VOJKOVIC, Pedro Horacio
WAUDRIK, Juan
ZABALA, Arnaldo Enrique
ZELARAYÁN, Manuel Alberto
FUERZA AÉREA ARGENTINA
AGUIRRE, Héctor Walter
ALBELOS, Manuel Alberto
ARDILES, José Leónidas
ARRARÁS, Juan José
BEAN, Pedro Ignacio
BERNHARDT, Juan Domingo
BOLZÁN, Danilo Rubén
BONO, Jorge Alberto
BORDÓN, Héctor Ramon
BRASHICH, Andrés Luis
BUSTOS, Manuel Oscar
CANTEZANO, Carlos Domingo
CARDONE, Miguel Ángel
CARRIZO, Miguel Ángel
CASADO, Fernando Juan
CASCO, Jorge Eduardo
CASTAGNARI, Luis Darío José
CASTILLO, Carlos Julio
CASTILLO, Omar Jesús
DE IBAÑEZ, Eduardo Jorge Raúl
DE LA COLINA, Rodolfo Manuel
DUARTE, Mario
FALCONIER, Juan José Ramon
FARÍAS, Jorge Ricardo
GARCÍA CUERVA, Gustavo Argentino
GARCÍA, Guillermo Ubaldo
GARCÍA, Jorge Osvaldo
GAVAZZI, Fausto
GIMENEZ, Miguel Ángel
GONZALEZ, Mario Hipólito
GUADAGNINI, Luciano
IBARLUCEA, Jorge Rubén
JUKIC, Daniel Antonio
KRAUSE, Carlos Eduardo
LASTRA, Julio Jesús
LÓPEZ, Néstor Edgardo
LOTUFO, Marcelo Pedro
LUNA, Francisco Tomas
LUNA, Mario Ramon
MALDONADO, José Alberto
MANZOTTI, Daniel Fernando
MARIZZA, Guido Antonino
MARTEL, Rubén Héctor
MEISNER, Hugo Cesar
MONTAÑO, Agustin Hugo
NIVOLI, Mario Víctor
PALAVER, Hugo Ángel Del Valle
PERALTA, José Luis
RODRÍGUEZ, Juan Antonio
SEVILLA, Luis Guillermo
VALKO, Mario Luis
VARAS, Héctor Hugo
VÁZQUEZ, Alfredo Jorge Alberto
VAZQUEZ, José Daniel
VOLPONI, Héctor Ricardo
GENDARMERÍA NACIONAL ARGENTINA
ACOSTA, Ramón Gumercindo
GUERRERO, Víctor
NASIF, Guillermo
PEREYRA, Carlos Misael
SÁNCHEZ, Ricardo Julio
TREPPO, Juan Carlos
VERÓN, Marciano
PREFECTURA NACIONAL ARGENTINA
BENITEZ , Julio Omar
LÓPEZ , Jorge Eduardo
IMAGEN DE PORTADA: (de izquierda a derecha, comenzando desde arriba)
Teniente Primero Roberto Estévez. Caído en combate el 28 de mayo durante la batalla de Pradera de Ganso.
Teniente Juan José Arrarás. Caído en combate el 8 de junio durante una misión en Bahía Agradable
Sargento Ayudante Ramón Gumersindo Acosta. Caído en combate el 10 de junio en las inmediaciones de Dos Hermanas
Cabo Segundo Julio Omar Benítez. Caído en combate el 22 de mayo a bordo del guardacostas «Río Iguazú»
Cabo Primero de Mar Patricio Guanca. Caído en combate el 3 de abril a bordo de la corbeta ARA «Guerrico»
Sargento Mario Antonio Cisnero. Caído en combate el 10 de junio en las inmediaciones de Dos Hermanas
Tripulación del «NARDO 1»: Suboficial Ayudante Diego Antonio Marizza, Mayor Juan José Falconier, Vicecomodoro Rodolfo Manuel de la Colina, Capitán Marcelo Pedro Lotufo y el Suboficial Ayudante Francisco Tomás Luna. Caídos en combate el 7 de junio durante una misión de reconocimiento.
Teniente de Corbeta aviador naval Daniel Enrique Miguel. Caído en combate el 28 de mayo durante la batalla de Pradera de Ganso.
Fuente: https://www.zona-militar.com/