=Día a día lo que ocurrió en Malvinas y en el mundo durante el conflicto armado =El ataque al guardacostas Río Iguazú =Los Guardacostas en Malvinas =El comienzo de su accionar =El pequeño gigante guardacostas Río Iguazú =Condecoraciones y homenajes =El Boeing 707 que eludió misiles británicos =Información de interés =Las salidas de combate =Comunicados del Estado Mayor Conjunto =Comunicados de Gran Bretaña
– En circunstancias en que llevaba a cabo un ataque sobre las posiciones de puerto Darwin, un avión Sea Harrier inglés fue derribado por la artillería antiaérea”.
– Buenos Aires: Fuerzas del Ejército Argentino controlan con su fuego la situación en Puerto San Carlos, único lugar donde lograron sostenerse desde ayer los efectivos británicos que intentaron tomar por asalto a las Malvinas. Según fuentes castrenses los invasores son alrededor de 400, y están aislados, al haber sido abandonados por la flota, que está en alta mar y no operó hoy. Hubo bombardeos de aviones Sea Harrier en Puerto Darwin, y uno de esos aparatos fue derribado por las baterías antiaéreas. En Londres se admitió el hundimiento de la fragata “Ardent” y que otro “buque de guerra” no puede desplazarse a raíz de los daños sufridos.

– Londres: Gran Bretaña, usando 100 buques y 25.000 hombres, estableció con éxito una cabeza de playa de 2.590 hectáreas en la isla Malvina oriental con 5.000 hombres, todas sus armas y provisiones y equipo pesado en tierra afirmó el ministro de Defensa, John Nott, quien agregó: “volvimos a las Malvinas y para quedarnos”. Admitió, asimismo, en conferencia de prensa que la fragata “Ardent” fue hundida a raíz de los impactos que causaron bombas y cohetes lanzados por aviones argentinos. Se adjudicó especial importancia al ataque de un avión AeroMacchi de la Aviación Naval Argentina, que descargó casi toda su artillería sobre el navío, que naufragó en la misma boca del estrecho de San Carlos.
Nott se vio obligado a admitir no solamente esa pérdida, sino que dijo que otro “buque de guerra” tiene fuertes daños en su cuarto de máquinas, por lo que carece de movilidad y que en ese lugar hay una bomba argentina que no estalló. Por lo menos otros tres navíos resultaron averiados en las acciones de anteayer, según los británicos. Según Nott, el hundimiento de la “Ardent“, fragata del tipo 21, produjo veinte muertos y 30 heridos.

El ministro inglés no explicó las razones por las cuales la flota se puso fuera del alcance de los aviones argentinos, mar adentro, y dijo que esperaban que fueran fuertemente atacados los soldados que se encuentran en San Carlos, pertenecientes según él a “tres comandos de la Marina Real y dos Batallones del Regimiento de Paracaidistas” (5000 hombres aproximadamente).
– Buenos Aires: Una apelación tácita a la “sensatez” de Gran Bretaña para evitar que se sigan sucediendo los enfrentamientos que se desarrollan en las Malvinas, formuló hoy el presidente de la Nación. El teniente general Leopoldo Fortunato Galtieri admitió que “el enemigo logró hacer pie en la zona de la Bahía San Carlos” y que “será muy difícil que las fuerzas británicas se repongan de las pérdidas sufridas”
– Comodoro Rivadavia: Exactamente a las 21.24 de hoy, Comodoro Rivadavia vivió una experiencia más dramática, cuando el “alerta rojo” se impuso en toda la ciudad. Perturbaciones similares a las provocadas por helicópteros, según la agencia DYN, fueron detectadas en los radares costeros y de inmediato, toda la ciudad quedó a oscuras.
Un avión Mirage, de la Fuerza Aérea cruzó el cielo de Comodoro Rivadavia, minutos después de iniciado el oscurecimiento o apagón, “en procura de su objetivo”, pero regresó sin novedad a su base. Mientras, un Pucará evolucionaba sobre los alrededores del aeropuerto y la zona costera, sin advertir tampoco nada anormal. La ciudad, sin embargo, se había paralizado en segundos. Por primera vez, desde el 2 de abril, la ciudad de Comodoro Rivadavia quedó a oscuras sin que mediara la anunciada sirena, señal o aviso público ordenando un oscurecimiento. También por primera vez, Comodoro Rivadavia quedó a oscuras una noche de sábado y también por primera vez un apagón (u oscurecimiento) fue tan prolongado. Esas circunstancias se vieron acentuadas por el silencio radiofónico de las dos emisoras locales y la incomunicación por télex y teléfonos. La población se mostró confundida durante los primeros minutos.
– Naciones Unidas: El gobierno de Estados Unidos dijo que apoyará cualquier iniciativa realista que conduzca a una solución justa a este conflicto.

Jeane Kirkpatrick, embajadora de la Unión en las Naciones Unidas, afirmó que esta crisis es un acontecimiento particularmente trágico y agonizante para su gobierno.
– Naciones Unidas: Varios países latinoamericanos, junto con España y la Unión Soviética, reclamaron al Consejo de Seguridad de la ONU la necesidad de un urgente cese de las hostilidades en las Malvinas. El debate del tema entrará mañana en su tercera jornada, luego de que diez países expusieron hoy su postura en el tema.
– Bonn: El canciller de Alemania Federal, Hans Dietrich Genscher, invitó hoy a Gran Bretaña y a la Argentina a aprovechar todas las posibilidades para una solución pacífica incluso después del ataque británico a las islas Malvinas. Genscher señaló que el gobierno alemán está “profundamente afectado”.
– Lyon: Francia volvió a declarar su simpatía por Gran Bretaña en la cuestión de las Malvinas. Según el ministro de Defensa, Charles Hernú, su país es favorable a “toda solución negociada”. Hernú pidió que “no corra más sangre, ni de un bando ni del otro, pero esto no significa que el agresor sea británico”, subrayó. También desestimó los argumentos latinoamericanos acerca de que se trata de una situación colonial afirmando que “no se trata de una guerra del siglo XIX, sino de una guerra infranuclear, una guerra de técnicos como podrían ser las del futuro”. “Nadie, hace dos meses -opinó- hubiera podido predecir una guerra así, lo cual quiere decir que la guerra puede banalizarse”, concluye el ministro francés.
– Lisboa: El desembarco británico en las Malvinas es un “derecho de legítima defensa”, declaró anoche un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores portugués.

El gobierno portugués considera que las acciones británicas se inscriben en el artículo 41 de la Carta de las Naciones Unidas (legítima defensa) pero, agregó el vocero, ese “derecho debe ser ejercitado proporcionalmente a la agresión” (argentina) sin lo cual se convertirá en “un exceso de legítima defensa”. El vocero reafirmó la adhesión del gobierno a la resolución 502 del Consejo de Seguridad.
– Ciudad del Vaticano: El papa Juan Pablo II efectuó un dramático llamado a la paz entre la Argentina y Gran Bretaña. Envió mensajes a los gobernantes de Buenos Aires y Londres, concelebró una misa con los cardenales argentinos y británicos en aras de la paz y postergó la decisión de su viaje a Gran Bretaña hasta que reciba opinión firme de los obispos británicos. Dijo que desea viajar “muy pronto” a la Argentina.
– Caracas: “La expedición punitiva (de Gran Bretaña) contra un país que está defendiendo su integridad territorial, pone en peligro la paz del mundo”, afirmó hoy el presidente de Venezuela, Luis Herrera Campins. El mandatario acusó a Margaret Thatcher de invocar “un único derecho que se funda en el despojo, es decir, en la fuerza que teóricamente dice ahora combatir”.
– Medellín, Colombia: Un grupo de exmilitares y voluntarios colombianos se presentaron en el Consulado de la Argentina en la ciudad de Medellín, para ofrecer sus servicios en el momento en que el Gobierno argentino lo estime necesario. Un portavoz de la sede diplomática informó que cincuenta ex suboficiales de las fuerzas militares y treinta voluntarios del departamento de Antioquia, han manifestado estar dispuestos, “a luchar por la soberanía argentina en las islas”.
– Managua: Una delegación del Consejo de Estado, encabezada por el vicecanciller Víctor Hugo Tinoco, entregó al embajador argentino en Nicaragua, Marcelino Lastra, una resolución “de apoyo a los derechos de soberanía de la Argentina sobre las islas Malvinas”, y de condena a la actitud “agresiva y colonialista” británica. “El gobierno y el pueblo de la Argentina tienen todo el derecho de hacer uso de los medios militares necesarios para la defensa de su soberanía en el Atlántico sur”, afirmó Tinoco. El embajador argentino agradeció el apoyo nicaragüense a “la posición anticolonialista de mi país”, y aseguró que se trata de “un gesto de mucho valor”.
La sociedad argentina recibía las noticias por los medios de comunicación sumamente manejados por el régimen dictatorial. El 22 de mayo el diario La Nación fijaba con claridad su posición parcial: “Fuertes pérdidas del enemigo en los combates librados ayer”.
El ataque al guardacostas Río Iguazú
y el derribo de uno de los aviones Sea Harrier que lo atacaron

Los Guardacostas en Malvinas
Fueron afectados los Guardacostas GC-82 “Islas Malvinas” y el GC-83 “Río Iguazú” de 28 m de eslora,

que el 6 de abril zarparon desde Buenos Aires con destino al archipiélago, siendo despedidos por la plana mayor de la Institución. No tenían instalados los cañones de proa de 20 mm para poder defenderse en caso de ataque. Ambas lanchas estaban armadas con sólo dos ametralladoras de 12,7 mm.
Cumplieron la hazaña de navegar 600 millas náuticas con adversas condiciones mareometeorológicas en el cruce, logrando arribar a las islas el 13 de ese mes tras romper el día anterior el bloqueo militar aeronaval impuesto e incluso evitar el asedio de un submarino nuclear británico detectado durante la travesía.
Al llegar a las islas, los dos buques fueron pintados y camuflados apropiadamente. Al principio se utilizaron en sus tareas específicas, pero luego realizaron trabajos habitualmente desempeñados por una marina de guerra. Junto con las embarcaciones más pequeñas del Apostadero Naval Malvinas de Puerto Argentino, vigilaron las vías marítimas de aproximación a la capital isleña. También lanzaron cargas subácuas antipersonales para prevenir acciones británicas en las proximidades de la localidad.
Llevaron a cabo, entre otras, las tareas de acompañamiento en navegación a buques de bandera argentina, practicaje de buques nacionales a través de la zona minada en el acceso a Puerto Argentino, apoyo y logística, patrullajes de reconocimiento casi permanentes, diurnos y nocturnos, en la bahía interior de Puerto Argentino y en la bahía exterior (Puerto Groussac), tareas de búsqueda y rescate, especialmente de los pilotos que se eyectaban de sus aviones y caían al mar, etc.
También ambos buques llevaron grupos de comandos a distintos puntos del archipiélago para contraarrestar posibles incursiones enemigas. El Río Iguazú desembarcó unos veinte infantes de marina en la isla de los Leones Marinos, donde hallaron depósitos de combustible de aviación y dos pistas de aterrizaje precarias en forma de cruz. Una tenía unos 800 metros de largo y otra unos 400.
Cada uno de ellos navego más de 1500 millas entre las islas, con tripulación propia y a veces con buzos tácticos que realizaban tareas de su especialidad con el apoyo de nuestras naves.
El comienzo de su accionar
El guardacostas “Islas Malvinas” fue el primero en entrar en combate el primero de mayo de 1982 a las 15,20 horas,

cuando se encontraba fondeado en la bahía de la Anunciación y fuera sobrevolado por un helicóptero Sea King inglés para luego ser atacado con fuego de ametralladora. Se estaba librando el primer combate aeronaval de la historia contemporánea argentina.
El Guardacostas responde con armamento policial repeliendo el ataque causándole averías a la nave enemiga, resultando herido el cabo maquinista Antonio Grigolatto, luego de haber agotado las municiones de su armamento. En esta acción cabe destacar la valerosa y decidida acción del Ayudante de 3ª Marcelino Blatter que al ver que no se podía levar el ancla atascada en el fondo rocoso, se desplazó por la cubierta de proa desde donde venia el ataque, portando como única arma una sierra de mano con la que pudo cortar la gruesa cadena en un titánico esfuerzo, recuperando la maniobrabilidad de la nave que al aumentar su capacidad de defensa motivo la retirada de la aeronave enemiga, reiniciando el guardacostas la navegación ya que era imperioso el traslado del Cabo 2º Antonio Grigolatto que había resultado herido de consideración. La nave sufrió numerosos impactos en la superestructura.
Este guardacostas, a pesar de haber sufrido el 30 de abril una avería en una hélice y línea de eje que limitaba su capacidad propulsora al 50% -lo que no pudo subsanarse-, cumplió igualmente con el 100% de las misiones encomendadas. Finalizadas las operaciones, fue apresado por las fuerzas invasoras.
El pequeño gigante guardacostas Río Iguazú

Guardacostas PNA ¨Río Iguazú¨ su valerosa tripulación pese a sufrir bajas repelió el ataque aéreo enemigo
El Río Iguazú fue atacado en la mañana del 22 de mayo de 1982 por dos aviones británicos Sea Harrier cuando transportaba personal y material del Ejército Argentino (2 obuses de 105 mm y 20 hombres) desde Puerto Argentino hacia Puerto Darwin, pudiendo averiar seriamente a uno de los aviones con ametrallamiento de sus Browning 12,7 mm de la popa. El ataque ocurrió en la isla León Marino.

El barco, como consecuencia de las averías sufridas en el casco y un severo apopamiento por entrada de agua, fue encallado en la bahía Button a trece millas al este de Puerto Darwin, en aguas del seno Choiseul, disponiéndose su abandono ante la eventualidad de nuevos ataques, pues se encontraba prácticamente inutilizado.

Durante el combate perdió la vida el cabo segundo Julio Omar Benítez mientras operaba una ametralladora Browning 12,7 mm, resultando además heridos el Oficial Principal Oscar González Gabino, el ayudante de tercera Juan José Baccaro y el cabo segundo Carlos Bengochea. Todas las víctimas se encontraban en las ametralladoras del guardacostas. En esa oportunidad José Raúl Ibáñez, tomó la posición que ocupaba Benítez y repelió la agresión británica logrando derribar a uno de los aviones, Sea Harrier, que cayó al mar.

Suboficial José Raúl Ibañez repelió el ataque aéreo británico al guardacostas ¨Río Iguazú¨ y derribó un avión Sea Harrier
Todo el personal fue evacuado por medio de helicópteros de la Fuerza Aérea Argentina a Puerto Darwin, donde el 24 de mayo a las 18:00 horas el Cabo Segundo Benítez

fue inhumado con las honras fúnebres con el personal superior y efectivos del Ejército y de la Fuerza Aérea, además de los tripulantes del Río Iguazú. Benítez actualmente descansa en el cementerio de Darwin. Los dos obuses que transportaba pudieron ser rescatados.
El despiece del sector del buque destruido por el fuego puede verse en el Museo Naval de Tigre.
Condecoraciones y homenajes
El 22 de mayo de 1982 Julio Omar Benítez fue promovido post mortem al grado de cabo primero, distinguiéndose su accionar con la medalla «La Nación Argentina al muerto en combate». Los heridos (ayudante de tercera, Juan José Baccaro y cabo segundo Carlos Bengochea), fueron distinguidos con la condecoración «La Nación Argentina al herido en combate» por dicho decreto nacional 577/83. El cabo Ibáñez fue condecorado con la «Cruz la Nación Argentina al heroico valor en combate» por el decreto nacional 577/83 sancionado el 15 de marzo de 1983.

Cabo segundo Julio Omar Benitez, héroe caído durante el ataque aéreo británico al guardacostas PNA ¨Río Iguazú¨
El Boeing 707 que eludió misiles británicos

Gambetando misiles ingleses
Durante la Guerra de Malvinas Argentina necesitaba información de los buques enemigos que se dirigían al Teatro de Operaciones del Atlántico Sur. La falta de aviones adecuados para exploración lejana hizo que se usaran los Boeing 707 y C-130 de transporte de la Fuerza Aérea Argentina.
El 22-May-82 un Boeing 707 B, de la Fuerza Aérea Argentina, transformado en avión vigía del mar, volaba a 13.000 mts de altura sobre el Atlántico Meridional unas 1,200 millas náuticas al Este de Río de Janeiro, detectando e identificando los buques británicos que normalmente – procedentes de Isla Ascensión – se dirigían a la zona de operaciones de la Flota, en el Atlántico Sur.

SS Altantic Conveyor
Al ser alertada por sus radares, sobre ecos navales, la tripulación dirigió al avión, en descenso por entre nubes intermedias, hacia la zona de los ecos y sorpresivamente avistó al buque portacontenedores Atlantic Conveyor (que iba cargado de aviones, helicópteros, repuestos valiosos, etc.) escoltado por varios buques de batalla.
Pero no imaginaban que en esa escolta navegaban dos destructores misilísticos el HMS Cardiff y el HMS Bristol. La computadora de la misilística con los datos del radar determina la trayectoria y posición del avión en el tiempo de vuelo del misil apuntándolo hacia ese punto de encuentro.

Sistema de lanza misiles Sea Dart
El Vicecomodoro O. Ritondale – su piloto no tuvo mayor tiempo para cavilar pues enseguida un tripulante vio un misil en pleno ascenso hacia el enorme avión. Tomó los comandos del avión, redujo al máximo los 4 motores, sacó los frenos de aire e inició violenta picada con viraje a la derecha. Esta maniobra cambia la posición del punto de impacto y el avión puede hacerlo reduciendo su velocidad pero el misil no puede por su velocidad supersónica y sus pequeñas alas. A poca distancia no puede seguir la desaceleración y el cambio de rumbo del avión.
Si hubiera sido un partido de fútbol, Ritondale en plena carrera le pisó la pelota al inglés haciéndolo pasar de largo. Dos cilindros negros pasaron a no más de 50 mts de su nariz, un misil Sea Dart explotó sin causar daños en el lugar que estaba uno de los motores antes de irse de ese lugar con el plano al hacer el viraje. Nuevo misil y nueva pasada de Sea Dart frente a la cabina sin impactar.
Pusieron rumbo Noreste y se alejaron en vuelo rasante hasta que comprobaron que habían salido de la cobertura de radar enemiga (y por lo tanto del alcance de sus misiles). Habían jugado un “picadito” con los Sea Dart y les habían ganado con gambetas Cada Sea Dart tiene el precio de un moderno avión de combate.

El legendario Boeing 707 del Grupo de Transporte Aéro de la Fuerza Aérea Argentina
Cuando les volvió el alma al cuerpo, comenzaron a inspeccionar el tetrarreator… (sus motores, estructura, comandos, instrumentos, etc.) y nada había sido alterado… el noble 797 navegaba -sereno y arrullador- como en sus vuelos de línea… rumbo ahora a Buenos Aires. En Palomar pudieron ver que el costado del fuselaje y parte del empenaje horizontal estaban de color marrón claro producto de la cercana explosión del Sea Dart.
El resto de sus tripulantes eran Vicecomodoro W.D. Barbero, Suboficial Principal A. Rosales, Suboficial Auxiliar J. Amengual, Suboficial Mayor O. Vignolo, Subofial Principal G.F. Roque Allende y Cabo Principal L.C. Enrique.
En primera persona: el combate de los pilotos de helicóptero en Malvinas, en el recuerdo de un Veterano
Por Horacio Sánchez Mariño
A partir del desembarco británico en San Carlos, los helicopteristas comenzaron con las tareas de rescate de pilotos y tropas de infantería. Cómo se defendían del ataque de los aviones Harriers y la camaradería en combate

Horacio Sánchez Mariño es es coronel (R) del Ejército Argentino, Veterano de la Guerra de Malvinas y oficial de Estado Mayor. Foto: Fernando Calzada.
El amanecer trae la promesa casi siempre incumplida de algún solcito. Hace mucho frío. Las últimas sombras se esfuman y el cielo gana una tonalidad rosa. Me cuesta dejar el calor de la carpa, un pequeño horno húmedo donde aprendí a sentirme como en casa, y me encamino hacia el helicóptero. El Pájaro Jardel, la Tenia Sabin Paz, Pancho Ramírez y Marcelo Florio duermen tranquilos. Desde el cerro, la noche anterior habíamos visto el bombardeo naval sobre Puerto Argentino y nos había parecido que venían más barcos de lo habitual. Rezamos por nuestros camaradas que sufrían semejante castigo. Veinte días en ese exclusivo lodge nos unieron mucho: compartimos comida, nos contamos la vida, cuando estuvimos tristes cantamos canciones militares, rezamos. Al salir de la carpa, me siento medio ahogado, pero como asmático veterano sé lo que ocurre dentro de mí e ignoro los síntomas. Me hago un puff con el aparatito y sigo. Tiene su precio ser de los sensibles del planeta.
Camino hacia el helicóptero entre las sombras y lo abordo luego de una inspección rápida. Confío ciegamente en Ramón y Piki. Lo único que quiero es sentarme en el cockpit y encender el bicho para prender la calefacción. Desde atrás, me llega el rumor de la patrulla de infantería que aborda la máquina. Tenemos la misión de llevarlos hasta el monte Estancia, cruzando el valle; parece que hay comandos ingleses. Un teniente primero me extiende la mano, al mismo tiempo que Ramón me da el okey para encender la turbina. Un interruptor se enciende en mi cerebro, abandono todo pensamiento y me concentro en la puesta en marcha. El motor comienza a moverse con un silbido muy agudo que, luego de un crescendo melodioso, termina estallando en un rugido. Con el tableteo de las palas se quiebra del todo el silencio de la mañana. Disfruto la sensación de estar en el helicóptero UH a toda potencia. En ese momento, estoy en pleno control de mi organismo, sin alergia, con todos los sensores prendidos. Allí sentado sé para qué estoy en el mundo.
Ramón da la última mirada alrededor de la aeronave; ocupa su lugar de copiloto con el pulgar levantado mientras se ajusta el cinturón. Me acomodo la bufanda y coloco la estampita del Corazón de Jesús que me dio mi mujer en la mira de las coheteras. Levanto la cabeza, sorprendido por la claridad de la mañana. Con la atención puesta en los instrumentos, el día se vino encima.
—Vamos.
Despego suavemente, viendo al pasar el monte Kent a mi izquierda. El gran valle se presenta adelante tapizado de piedras blancas. De a poco, el helicóptero va ganando velocidad, cuando una sombra azul cruza el parabrisas de lado a lado. De atrás, me llega un griterío confuso, mezclado con el compás seco de las palas. Una décima de segundo tardo en descifrar qué ocurre. El segundo Harrier pasa frente a nosotros, mostrando la panza blanca con el armamento colgado. Identifico cañones y bombas, nada sano. Esto no estaba en el plan de vuelo y el corazón se me empieza a acelerar. Respiro como una parturienta, pero me siento en control de la situación. Miro de soslayo a Ramón; con su cara de siempre, me señala un pequeño claro entre las piedras blancas. El alboroto de la patrulla es cada vez más histérico. Mil voces pasan por mi cabeza, hasta que aparece la voz de mi instructor de vuelo. Recupero mi mente y con decisión dirijo el UH hacia el punto de aterrizaje elegido, mientras calculo cuánto tiempo tardarán los Harriers en dar la vuelta al monte Kent. Si no aterrizo en un minuto, nos capturan en vuelo.

“Disfruto la sensación de estar en el helicóptero UH a toda potencia. Allí sentado sé para qué estoy en el mundo”, dice Sánchez Mariño. Foto: Télam.
Poso el helicóptero con la voz de Tom Cúndom recordándome los pasos. Cierro el acelerador. Las dos puertas laterales ya están abiertas. Ramón saca los milicos de la derecha y el Piki los de la izquierda, haciéndolos correr fuera de la zona de fuego que vendrá. Piki trata de sacar la ametralladora de puerta, pero desiste porque los segundos pasan. Yo estoy paralizado en mi asiento, no sé si cortar el motor, tomar el fusil o llamar a Puerto Argentino. Ramón se acerca y me grita que baje. Me despabilo y busco refugio detrás de una piedra grande, a unos treinta metros de mi máquina.
Desde el codo opuesto del monte, se empieza a oír el tableteo de las armas automáticas como una máquina de escribir, cuando aparece el avión inglés. Mi horizonte está restringido por las piedras, pero veo que vuela lento, moviendo las alas, acomodándose para abrir fuego. Dispara sus cañones; el estampido es ensordecedor, luego un zumbido corto y los proyectiles barren la zona del UH. Es un instante de los que quedarán en mis sueños, todos mis sentidos se saturan mientras el humo envuelve el helicóptero. El tiempo se detiene, pueden ser segundos u horas hasta que tomo conciencia de lo que ha ocurrido. A continuación, unos ojos que no me pertenecen ven cómo la máquina se va recostando sobre un lateral del fuselaje para quedar con el rotor girando en una posición ridícula. Unos centímetros más y las palas del rotor en movimiento pueden tocar el suelo. Si eso sucede, mejor enterrarse debajo de las piedras. Esos ojos fuera de mí ven al cazabombardero que pasa muy despacio a pocos metros del suelo. Veo el casco del aviador con el visor bajo y pienso que para tirar es mejor tenerlo levantado.
El otro avión vuela más lejos, letalmente hermoso, recortado en el valle, envuelto en la claridad de la mañana. No sé qué hacer, manoteo mi pistola, pero no la saco, debo pensar en la tropa. Miro alrededor y no veo a nadie. Dos detonaciones lejanas me estremecen; los jets pasan delante de mí tres veces más, como truenos en un jardín de invierno. A la quinta pasada, toda la infantería ya está tirándoles y los aviones ganan altura hasta perderse en dirección al este.
Ramón pasa a mi lado y con una palmada en la espalda me acomoda los ojos en sus órbitas. Vuelve al lado de la máquina y tiene una expresión triste. Ya cortó el motor y las palas dejan de girar lentamente; revisa la máquina buscando daños. Piki trata de sacar su ametralladora. Subo a una pequeña loma y llamo a los soldados, que empiezan a aparecer.

El veterano relata: “El segundo Harrier pasa frente a nosotros, mostrando la panza blanca con el armamento colgado. Identifico cañones y bombas, nada sano. Esto no estaba en el plan de vuelo y el corazón se me empieza a acelerar”. Foto: AFP.
El teniente primero es el último en llegar, mirando para todos lados con aprensión. A lo lejos, se alzan dos hogueras entre las piedras blancas; en una puedo distinguir la silueta del Chinook quemándose como un calefón. Más lejos, un Puma echa humo, aunque parece que está entero, mientras unos soldados giran alrededor con matafuegos. Me acerco al UH y el corazón se me estruja. Subo a la cabina y reviso el cockpit; mi fusil está donde lo dejé. La imagen del Corazón de Jesús ha desaparecido.
Día de furia
Nos juntamos y salimos de la zona en fila india agarrados de los cinturones. Voy adelante mirando el piso en busca de las Belougas. Llegamos a la zona donde se queman los helicópteros y vemos un caos de gente corriendo de un lado para otro. Los helicópteros se empiezan a poner en marcha. Al pasar, el Picho me dice que, en cuanto pueda, me viene a buscar. Nos sentamos en el suelo con mi tripulación sin hablar.
Nos enteramos de cómo respondieron el ataque nuestros soldados con sus fusiles. Con el tiempo leo, el libro de nuestro atacante, Jerry Pook. Su narración es exacta, salvo por pequeños detalles: “Ahora, iba por el Huey, el último blanco no dañado. Infortunadamente, su camouflage era el mejor, imposible de verlo hasta que ya era demasiado tarde en el ataque, por lo que debía estimar un punto inicial cada vez. Enfurecido, por lo tanto, había comenzado a tirar cuando podía ver el movimiento del rotor justo a un lado, muy tarde para corregir mi puntería. Fuera de mi llamado inicial, la acción fue desarrollada en silencio de radio. Sin embargo, luego de mi segundo o tercer intento de agarrar al Huey, hubo un brusco llamado de Mark Hare: “Green Two fue alcanzado”.
A partir de allí, Pook ordena poner rumbo al norte, a todo motor, frustrado porque el Huey se le escapó. “Sin embargo, tiempo después descubrí que había conseguido hacerle algunos impactos, causando daño en las palas del rotor”, dice al contar el vuelo de regreso. Chequea los daños del otro avión y descubre un agujero en el fuselaje por donde pierde combustible. Mark Hare, su numeral Green Two expulsa las bombas que no salieron y anavizan en el Hermes. En el debriefing, son amonestados por haber realizado tantos pasajes, por lo que Pook se queja amargamente de la ignorancia del almirantazgo. Lo enfurece que el almirante, “el gran submarinista” que nunca voló un avión le dijera: “Pienso que la sacó barata”. Más adelante Pook es también acusado por su numeral de ser demasiado arriesgado. El coraje de tu enemigo te honra.

“Ese día la flota británica recibe un duro castigo. A la tarde, dos escuadrillas de A4 Q de la Aviación Naval terminan la tarea iniciada, hundiendo la fragata Ardent”, cuenta Sánchez Mariño. Foto: Archivo DEF.
Por nuestra parte, los disparos de Pook pegaron en el piso y levantaron esquirlas de piedras que hicieron ocho agujeros en cada pala. El UH fue reparado con un “cemento importado”. Veinte años después, Quique Mior me confesó entre tragos que taparon los huecos con Poxipol. Así volamos hasta el 11 de junio, cuando el AE–418 fue destruido con artillería de campaña en el hipódromo de Puerto Argentino.
Nos volvimos a encontrar con Jerry Pook. El 30 de mayo participa de otra misión donde se convence de que, al final, se quedó sin suerte. En efecto, Pancho Ramírez, su tripulación y yo, con la mía, apoyamos al Regimiento 4 de infantería en un cambio de posición, a eso de las diez de la mañana. La fracción que yo transporto está al mando del subteniente Jorge Pasolli, un duro soldado a quien conocía bien porque estuvimos juntos en la 3a Compañía de Infantería. Al abordar mi helicóptero se produce un diálogo apurado entre nosotros:
—Tucho, guíeme adonde tenemos que ir; sé que es el monte Harriet, pero dígame el punto exacto.
—¡Uff! Yo estaba convencido de que usted sabía el lugar, mi teniente.
Nos miramos sorprendidos, pero nuestras dudas son interrumpidas por un Harrier a unos 300 metros que observamos por la ventanilla. Aterrizamos rápido, Pancho a una distancia prudente, y nos preparamos para el ataque, que no se produce. Afortunadamente, el avión no nos encuentra. El Picho nos ordena regresar a Puerto Argentino y vemos en el horizonte una columna de humo espeso. Pancho me dice que yo me vuelva y él iba a ver qué pasaba. Al llegar a monte Kent, ve un Puma quemándose. Levanta a un herido del Escuadrón Alacrán de Gendarmería Nacional, le salva la vida y 20 años después lo vuelve a encontrar cuando sus hijos se conocen en el Colegio Militar. Pancho es condecorado por esa acción.
Pook fue enviado más tarde a una misión en la zona y, en su merodeo, recibió un impacto de alguna de las fracciones del 4, alrededor de la una de la tarde, por lo que debe regresar al Hermes. A menos de cincuenta millas, el avión ya no responde a sus comandos y debe eyectarse sobre el mar. Afortunadamente, ni bien ingresa al agua, un helicóptero Sea King lo rescata rápidamente. Le queda un dolor en el cuello, pero a la noche, hombre de pocas sonrisas, Pook no para de reír cada vez que cuenta lo ocurrido.
Ese día la flota británica recibe un duro castigo. Escuadrillas de la Fuerza Aérea de A4 B y Dagger, entre los que se destaca el legendario capitán Marcos Carballo, atacan a la flota en San Carlos, especialmente a la fragata Ardent. A la tarde, dos escuadrillas de A4 Q de la Aviación Naval terminan la tarea iniciada, hundiendo la Ardent. El teniente Márquez muere en la acción; Philippi y Arca son derribados. Rótolo, Lecour y Silvester meten las bombas mortales. Años más tarde, el comandante de la nave, sir Alan West, devenido primer lord del Almirantazgo visita Buenos Aires y se reúne con los pilotos argentinos en La Biela, donde intercambian percepciones de ese episodio. Guerra de caballeros.
John Leeming, piloto de Harrier, alcanza un Skyhawk con sus cañones, el avión del teniente de navío Arca. Este se eyecta sobre el mar, cerca de Puerto Argentino y es rescatado por el Picho Svendsen y su tripulación. Durante 20 minutos, intentan infructuosamente acercarse al piloto hasta que Svendsen riesgosamente mete el helicóptero en el agua. El mecánico Martín San Miguel se para en el esquí y lo saca tomándolo del hombro. Arca se salva; lamentablemente, Leeming fallece seis meses después de la guerra en un choque de aviones.
Un rato después de que nos atacaron, vemos a lo lejos un avión atravesando el valle frente al monte Kent. Pensamos que vuelven a la carga. Sin embargo, es el teniente de navío Owen Crippa que vuela su pequeño Aermacchi en misión de reconocimiento. Llega al canal de San Carlos y se encuentra con la flota en pleno desembarco. Sin solución de continuidad, ataca con sus armas a la fragata Argonaut. Al ras del mar, hace escape y resulta ileso. El esquicio de la flota en el canal que dibuja es un documento histórico formidable que recupera décadas después.
La poca infantería frente al canal hace daño también. La compañía de Esteban, Vásquez y Reyes derriba tres helicópteros en el desembarco, hacen nutrido fuego y se repliegan. Llegan a monte Estancia, donde una escuadrilla de nuestros helicópteros los repliega a Puerto Argentino. El 28 de mayo los llevamos a Darwin. En mi helicóptero vuela otro amigo de la 3a. Compañía, José Vázquez, con sus soldados. Sonríe, me enorgullece su amistad. Vale la pena oír su sobria narración de la campaña. Cuando empieza a hacer frío en monte Kent, alrededor de las cinco de la tarde, vemos aproximarse un helicóptero. Es el Picho que vuelve a buscarnos. Entre sonrisas, me comenta que parece que sobretorqueó el motor. Lo veo exultante y San Miguel me cuenta el rescate que hicieron. ¿Cómo se enteraron del náufrago? “Estábamos volando y oímos la comunicación de Arcas con la Torre”. Bromeamos durante todo el vuelo sin saber que el 21 de mayo se convertiría en un día para recordar.
Fuente: Infobae
Información de interés
Sin ataques aéreos ni fuego de artillería naval
Temperatura 1/7 grados, velocidad del viento de 10/20 km. Cielo despejado.
La sociedad argentina recibía las noticias por los medios de comunicación
Sábado 22 de mayo (página oficial de la FAA)
Rescate de pilotos eyectados el día anterior
El 21 habían sido derribados dos aviones M-5 Dagger de la escuadrilla “Ratón”. Luego de la eyección exitosa del Mayor Piuma, éste realizó una dolorosa marcha a pie.
– Relato del Mayor Gustavo Piuma.
– Relato del 1er Teniente Héctor Ludueña.
El accionar enemigo
Consolidaron las posiciones defensivas de Puerto San Carlos y aceleraron el desembarco de 3.000 hombres y pertrechos.
Efectuó reconocimiento ofensivo sobre el estrecho: una sección de Harrier (R. Frederiksen y M. Hale) del Hermes atacó, a las 08:23 hs, al guardacostas GC-83 Río Iguazú (Prefectura Naval Argentina), que transportaba dos obuses de 105 mm para Darwin. En este ataque falleció el Cabo Julio Benítez, alcanzado en el pecho por un proyectil, mientras se defendía del ataque con la ametralladora. Fueron heridos el Ayudante Vaccaro y el Cabo Bengoechea. También hubo heridos leves entre el personal de Ejército que transportaban.
Según el comentario posterior del Capitán, Subprefecto Eduardo Olmedo, el Harrier pasó a través de la cortina de fuego de una de las piezas 12,70 y se retiró averiado, observándose una humareda densa que salía de la parte inferior del fuselaje. El “Río Iguazú” atracó en el seno Choiseul, descargó personal y material y luego, antes de ser abandonado, fue destruido por su tripulación.
Alrededor de las 14:30 hs, hostigó con ataques aéreos rasantes a la pista de BAM Cóndor. La artillería antiaérea estimó haber averiado un Sea Harrier.
La conducción superior argentina
Mientras se estudiaba el empleo aerotransportado de la reserva estratégica, se planificó una acción conjunta (Armada Argentina y Fuerza Aérea Argentina) contra la cabecera de playa. La tarea para la Fuerza Aérea era el ataque a objetivos terrestres en puerto San Carlos y puerto Sussex, mientras que, al Comando de Área Naval Austral, se le adjudicaron objetivos en establecimiento San Carlos y blancos navales. Las correspondientes a la Fuerza Aérea fueron ordenadas de inmediato a la FAS.
La Fuerza Aérea Sur

Planificó, durante la noche del 21 al 22 mayo, los ataques y consiguientes operaciones de apoyo: reabastecimiento, diversión y control aéreo. Tenía que superar tres dificultades:
– El mal tiempo en bases y áreas de reabastecimiento que, si bien no obstaculizaba las partidas, penalizaba seriamente la recuperación de los aviones.
– El agotamiento y desgaste de tripulaciones y personal de apoyo técnico sufrido por los combates del día anterior.
– La imposibilidad de disponer de control aéreo adelantado en el área de los blancos.
Las salidas de combate
A partir del mediodía, la FAS puso en ejecución las siguientes salidas:
Cuatro A-4C Skyhawk, indicativo “León”. Tripulación: Capitán Mario Cafaratti (C-304), Teniente Jorge Bono (C-319), 1er Teniente Ernesto Ureta(C-310) y Alférez Carlos Codrington (C-301). Despegaron de San Julián a las 14:40 hs.

Llegaron al estrecho de San Carlos con malas condiciones meteorológicas y poca visibilidad. Además, la falta guiado en la zona del objetivo y señalización de la propia tropa, anularon toda posibilidad de atacar al puerto de San Carlos. El guía suspendió la misión y, al regresar, próximos a cruzar el estrecho, observaron un buque la bahía Rincón de San Martín. No lo atacaron, porque lo vieron en una posición que exigía un viraje demasiado expuesto. Dieron potencia a pleno y salieron del alcance de sus armas. Luego del aterrizaje, se enteraron que se trataba del buque argentino varado, debido al ataque de una fragata inglesa. Arribaron a San Julián a las 17:20 hs.
Seis A-4B Skyhawk, indicativo “Chispa”, misión de apoyo de fuego directo. Tripulación: Capitán Carlos Varela (C-250), 1er Teniente Héctor Sánchez (C-231), 1er Teniente Oscar Berrier (C-225), Teniente Luis Cervera (C-204), Teniente Mario Roca (C-228) y Teniente Sergio Mayor (C-207). Regresaron por distintos problemas técnicos los cuatro últimos. Despegaron de Río Gallegos a las 15:15 hs, objetivo material Puerto Sussex. Arribaron a las 18:15 hs.
Luego del reabastecimiento siguieron sólo dos. La sección llegó por instrumentos al objetivo material y efectuaron el lanzamiento, sin resultados comprobados. En el regreso, avistaron dos fragatas a unos 500 m de la costa y a dos helicópteros Sea King.
Simultáneamente con las salidas de ataque, los Mirage III efectuaron salidas de cobertura.
Dos Mirage III, indicativo “Pitón”. Tripulación: Mayor José Sánchez y Capitán Marcos Czerwinsky. Despegaron de Río Gallegos a las 14:42 hs, orbitaron Malvinas a nivel de vuelo 400 sin poder enlazar con el CIC Malvinas. Arribaron a las 16:03 hs.
Dos Mirage III, indicativo “Cobra”. Tripulación: Capitán Jorge Huck y Capitán Guillermo Ballesteros. Despegaron de Río Gallegos a las 15:45 hs. A las 16:15 hs y a nivel de vuelo 400 estuvieron en el área Malvinas, nuevamente sin enlace entre el Centro de Información y Control (CIC) y el oficial de control aéreo táctico. Arribaron a las 17:22 hs.
Ecos de helicóptero en el continente
A las 21:30 hs, el CIC Comodoro Rivadavia informó que tenía tres ecos desconocidos en el radial 180. Estimó que eran helicópteros. A las 22:03 hs se ordenó despegar a un Pucará (A-558) tripulado por el Teniente Miguel Filipanics; arribó a las 22:37 hs. Nuevamente despegó a las 23:41 hs y arribó a las 00:26 hs (del 23 de mayo). Filipanics interceptó el eco e informó que, al verlo, apagaron las luces de posición. Por esta detección, entraron en alarma roja todos los aeródromos de la FAS, ordenándose el oscurecimiento en Trelew y Comodoro Rivadavia. Ante la desaparición de los ecos, se levantó la alarma a las 23:00 hs.
– Relato del 1er Teniente Horacio Bosich.
Operación conjunta de las Fuerzas Armadas

22 de mayo de 1982. El día comenzó con muy buena visibilidad y baja nubosidad, a diferencia de días previos, los cuales por desgracia fueron aprovechados por los enemigos. Entre la Armada Argentina y la Fuerza Aérea Argentina, con la intención de que ambas ataquen objetivos terrestres y marítimos en la costa de San Carlos, se realizó una planificación conjunta a comienzos de la madrugada. La Fuerza Aérea Sur rápidamente tomó el pedido de la FAA, además teniendo en cuenta el desgaste sufrido el día anterior y el mal tiempo prolongado que había otorgado ventaja al enemigo; por lo cual, si bien durante la madrugada se realizaron vuelos de inspección, para el mediodía la FAS puso en ejecución las siguientes salidas de combate más importantes:
- Cuatro A-4C, junto a su tripulación conformada por el Capitán Mario Cafaratti; Teniente Jorge Bono; 1er Teniente Ernesto Ureta; y el Alférez Carlos Codrington, los cuales despegaron a las 14:40 hs hacia el estrecho de San Carlos, pero la misión fue suspendida por malas condiciones meteorológicas nuevamente. Sin embargo, al regresar, fue observado un buque en la costa Este (Rincón de San Martín): se trataba de un buque argentino varado a causa del ataque de una fragata inglesa.
- Seis A-4B con la tripulación conformada Capitán Carlos Vaerla y el 1er Teniente Héctor Sánchez; el 1er Teniente Oscar Berrier, el Teniente Luis Cervera, el Teniente Mario Roca, el Teniente Sergio Mayor, aunque los últimos cuatro regresaron por problemas técnicos. Sin embargo, se logró avistar a unos 500 metros de la costa a dos helicópteros Sea King.
Es preciso destacar que, mientras se realizaba un vuelo de exploración desde un Boeing 707B TC-92, se logró detectar a buques enemigos que se dirigían hacia la zona de operaciones de la flota en el Atlántico Sur, provenientes de la Isla Ascensión. Además, y luego de ser alertados por ecos navales, la tripulación del TC-92 descendió hasta sorpresivamente avistar al Atlantic Conveyor escoltado por los destructores HMS Cardiff y el HMS Bristol: no tomó mucho tiempo hasta que se detectó un misil dirigiéndose hacia la aeronave, el cual pudo esquivarse rápidamente en un violento viraje hacia la derecha, momento en el cual, además se vislumbraron dos cilindros negros; un misil Sea Dart casi roza la cola del Boeing; y otro Sea Dart apareció frente a la cabina, sin explotar. La tripulación, conformada por el Vicecomodoro Ritondale; el Vicecomodoro Barbero; el Suboficial Mayor Vignolo; los Suboficiales Principal Rosales y Roque; el Suboficial Auxiliar Amengual; y el Cabo Principal Enrique; fue partícipe de un enorme momento de tensión y de maniobras extraordinarias en tan solo unos minutos.

Tripulación Boeing 707 TC-92
A lo largo del día, uno de los objetivos de la FAS fue, además, emplear misiones de rescate para los tripulantes argentinos derribados en combate. Fue entonces cuando, a través del Bell-212 matrícula H-83, se efectuó la misión de rescate para los pilotos que se habían eyectado de sus aviones alcanzados por el fuego enemigo: el My Gustavo Piuma; el 1er Teniente Senn; y el My Donadille; además de un piloto inglés en manos del EA que fue derribado por la Compañía Comando 601, Mike Glover. La tripulación del helicóptero, conformada por el Teniente Marcelo Pinto, el Teniente Héctor Ludueña, el CP Alberto López y el Cabo 1° Roberto Lopez, junto al médico 1er Teniente Carlos Beranek, se dirigieron hacia el Puerto Howard, donde un Sargento perteneciente al Ejército Argentino aseguraba haber visto la caída de una aeronave argentina en dirección a la Isla Gran Malvina. Fue entonces cuando, luego de recorrer aproximadamente 2 km, pudo rescatarse exitosamente al My Gustavo Piuma.
Durante el día de hoy, la Fuerza Aérea Argentina logró rescatar a tres pilotos de los M-5 derribados el día de ayer.


My Gustavo Piuma rescatado Mirage-5
Mientras tanto, en San Carlos, ante los intentos infructuosos para establecer enlace radial y apreciando que un potencial accionar contra el enemigo tiene escasas posibilidades de éxito, la sección de Apoyo del Equipo de Combate Güemes inicia repliegue durante la madrugada, con rumbo hacia el este, debiendo atravesar líneas enemigas. De esta manera, la patrulla del Subteniente Reyes inicia una extensa marcha con la intención de alcanzar líneas propias
Continúan los ataques británicos
Una sección de Harrier atacó a las 08:23 hs al GC-83 Río Iguazú perteneciente a la Prefectura Naval, que se encontraba transportando dos obuses de 105mm para DWN, obligándolo a varar en la costa norte del seno Choiseul. Durante el ataque, desgraciadamente falleció un suboficial de PNA que se encontraba repeliendo el mismo con una ametralladora; aunque sin embargo, otro de los tripulantes logró averiar una de las aeronaves enemigas utilizando el mismo armamento. El rescate de la tripulación aún esa en proceso de concebirse.
Para las 14:28 hs., la pista de la BAM Cóndor fue continuamente hostigada mediante ataques aéreos, resultando con un Sea Harrier averiado.
Estación Aeronaval Río Gallegos
Las aeronaves y el personal asignado a la Escuadrilla Aeronaval Antisubmarina fueron trasladados hacia la Estación Aeronaval Río Gallegos, con el objetivo de que a partir del día de hoy, realicen misiones de exploración en las zonas. Se dio comienzo al objetivo con la partida de dos Embraer -2P-101 y 2P-202-, aunque no obtuvieron ninguna novedad.
Frente: Viedma
El Comando de Aviación Naval dispuso destacar la Escuadrilla a Viedma para la realización de Operaciones Antisubmarinas diurnas y nocturnas mediante la utilización de tres helicópteros: 2-H-231, 2-H-233 y 2-H-234; de los cuales ya se realizó el vuelo inicial del primer helicóptero mencionado.
Fuentes consultadas: Malvinas, Bezzola; Archivo Histórico de la Fuerza Aérea Argentina; Aviación Naval en Malvinas.
Fuente: https://www.zona-militar.com/
Comunicados del Estado Mayor Conjunto
Comunicado n° 76: El Estado Mayor Conjunto comunica que, como consecuencia de los ataques que las aeronaves argentinas llevaron a cabo a lo largo del día 21 de mayo de 1982 contra las fuerzas agresoras de Gran Bretaña, nuestras fuerzas han perdido en acción de combate un total de 6 aviones y 3 helicópteros.
Comunicado n° 77: El Estado Mayor Conjunto comunica que durante la madrugada del día de la fecha, 22 de mayo de 1982, tropas del Ejército Argentino continuaron combatiendo con las tropas que el enemigo ha desembarcado en la zona del Puerto San Carlos. El frente de combate se mantiene estable y la situación bajo control de las Fuerzas Argentinas.
Comunicado n° 78: El Estado Mayor Conjunto comunica que en el día de la fecha, 22 de mayo de 1982, en circunstancias en que llevaba a cabo un ataque sobre las posiciones argentinas de Puerto Darwin, un avión Sea Harrier inglés fue derribado por la artillería antiaérea.
Comunicados de Gran Bretaña
Inglaterra, Mayo 22, nº 73 (Del Ministro de Defensa): Esta mañana la Unión Jack está nuevamente flameando en las islas Falkland Espero que todos ustedes hayan visto esta fotografía, que muestra el evidente placer de los niños de las Falklands.
Una importante cabeza de playa ha quedado establecida en el área de San Carlos, en la East Falkland. El principal desembarco anfibio de ayer fue un éxito completo. Se logró la sorpresa táctica y nuestras tropas desembarcaron a salvo, con escasa interferencia de fuerzas argentina. Estamos ahora en tierra, sobre territorio soberano británico, en considerable número; tenemos tres unidades comandos de la Marina Real y 2 batallones del Regimiento de Paracaidistas firmemente emplazados, con sus armas de apoyo, que incluyen artillería y también Rapier y otras armas de defensa aérea. Desde esta posición segura, nuestras fuerzas avanzarán para hostigar en forma creciente a las tropas argentinas de ocupación, mientras la Marina Real estrecha su bloqueo alrededor de las islas.
Para complementar los desembarcos, hubo incursiones ayer en otra partes de East y West Fakland. Durante una de ellas, fuerzas de la Marina capturaron una posición argentina en Fanning Head, sobre el Estrecho de las Falkland. En otra, nuestras fuerzas atacaron la pista en Goose Green y posiciones argentinas en las inmediaciones. Harrier de la RAF, operando desde portaaviones, lanzaron ataques en el curso de la mañana contra instalaciones argentinas en el aeropuerto de Puerto Stanley y helicópteros estacionados en tierra, y también contra instalaciones militares en Fox Bay. Durante estas operaciones perdimos dos helicópteros Gazelle y un Harrier de la RAF.
La Marina Argentina no intentó, hasta ahora, intervenir. Sus naves de superficie permanecen embotelladas en aguas costas. La Fuerza Aérea Argentina, como era de esperar, lanzó numerosos aviones contra nuestras naves. Los ataques comenzaron aproximadamente a las 10:30, hora local, y continuaron todo el día.
Una sucesión de ataques fueron realizados por Mirage, Skyhawk y Pucará. Sea Harrier de la Fuerza de Tareas volaron continuas patrullas de combate, y tuvieron éxito al derribar un gran número de aparatos. Creemos que las pérdidas argentinas hasta ahora son 9 Mirage, 5 Skyhawk, 2 Pucará y 4 helicópteros. Estas pérdidas deben representar un golpe significativo para la Fuerza Aérea Argentina.
Sin embargo, los aviones argentinos penetraron nuestra pantalla de defensa aérea y atacaron nuestras naves. Tres buques de guerra recibieron averías menores, que están siendo reparadas, aunque las naves continúan en operaciones. Una nave ha sido alcanzada en la sala de máquinas por una bomba que no explotó, pero todos sus sistemas de armas permanecen efectivos. Una fragata tipo 21, HMS ARDENT, también fue alcanzada por bombas y cohetes. Luego de valientes esfuerzos para mantener los daños bajo control, se hundió durante la noche. Todavía no tenemos un informe detallado sobre bajas para agregar al ya anunciado por el Ministerio, pero los primeros despachos indican que aproximadamente 20 hombres han desaparecido en la HMS Ardent, y aproximadamente 30 están heridos.
Me gustaría pagar tributo a los hombres de nuestra Fuerza de Tareas, cuyas acciones de ayer están en las más altas tradiciones de las fuerzas de Su Majestad, y a los hombres y mujeres de la marina mercante. Durante los próximos días nuestras fuerzas intervendrán en nuevas acciones, sin duda, y debemos esperar nuevos ataques contra ellas. Pero están peleando ahora desde una posición segura, y ya dejaron atrás las peligrosas horas del desembarco anfibio inicial.
Estamos de vuelta en las islas Falkland, y en una posición fuerte. Nos proponemos dejar en claro que la agresión no es recompensada.
Inglaterra, Mayo 22, n° 74 (Del jefe de Estado Mayor): Ayer fue el día cuando nuestras operaciones enfrentaban los mayores riesgos. Sin embargo, con las primeras horas del día ya habíamos alcanzado nuestro objetivo. Las tres unidades principales de la Brigada de Comando y el segundo y tercer batallones del Regimiento de paracaidistas estuvieron en tierra, virtualmente sin enfrentar resistencia.
Como esperábamos, nuestras naves estuvieron entonces expuestas a un ataque aéreo concentrado. Las naves de guerra alcanzaron su objetivo de proteger los buques de desembarco, y pese a que debieron pagar un precio, éste no fue mayor, y hasta es menor del que habíamos previsto.
En el curso de la batalla aérea, 14 aviones argentinos fueron destruidos, sin ninguna pérdida de nuestros Sea Harrier. El Harrier que perdimos fue objeto de un ataque desde tierra. La batalla aérea, entonces, fue una victoria completa. No tengo dudas de que los próximos días serán difíciles, pero luego de haber establecido a nuestras tropas en una firme posición en tierra, tenemos una gran confianza.
Inglaterra, Mayo 22, n° 75: Ayer (viernes) nos establecimos en una cabeza de playa en las islas Falkland. Durante la noche hemos consolidado esta posición, ante la posibilidad de que los argentinos pudieran atacarnos hoy.
No tenemos ningún informe de que este ataque se haya realizado hasta el momento, por lo que hemos podido continuar sin interrupciones nuestra consolidación de posiciones.
No hubo informes sobre ninguna acción argentina contra la Fuerza de Tareas las fuerzas británicas en tierra. El único incidente operacional sobre el que podemos informar hoy envolvió a dos Harrier en patrulla de rutina, al sur de Puerto Stanley. Los Harrier atacaron a una lancha patrullera en el Estrecho de Coiseul, averiándola seriamente.