18 de Mayo

=La travesía del comando británico que aterrizó en el continente durante la guerra de Malvinas para eliminar aviones y pilotos argentinos

– Naciones Unidas: Una alta fuente de las Naciones Unidas expresó esta medianoche el “pesimismo” por la gestión negociadora que Pérez de Cuellar realiza con la Argentina y Gran Bretaña para hallar una solución al conflicto de las Malvinas.  

Esa misma fuente admitió que tras las dos últimas propuestas presentadas por los países subsistían “profundas diferencias” y que la negociación podía considerarse ya como virtualmente fracasada. Pudo saberse, asimismo, que los principales negociadores argentinos en esta ciudad enviaron un “dramático mensaje” a Buenos Aires informando sobre la evolución de los acontecimientos. A última hora de hoy, la Argentina entregó al secretario general de las Naciones Unidas, Javier Pérez de Cuellar, la respuesta al documento británico entregado ayer al funcionario, pero se desconocen aún los términos de ambas presentaciones, insertas en los esfuerzos que realiza ese organismo internacional para dar término al enfrentamiento armado en el Atlántico sur. Fuentes diplomáticas dijeron que la nota argentina objeta varios puntos de la presentación británica, en vista de la intransigencia que opone a la posibilidad de un rápido acuerdo. 

– Buenos Aires: Las fuerzas británicas de intervención en el Atlántico sur intentaron hoy nuevos ataques contra las posiciones argentinas en las Malvinas. Los aviones Harrier ingleses trataron, aunque sin éxito, de llevar a cabo operativos de reconocimiento.

– Buenos Aires: Al comentar la prolongación del embargo económico a la Argentina por la Comunidad Económica Europea hasta el lunes próximo a las 24, el gobierno argentino manifestó que “aprecia y valora en su real magnitud el gesto de aquellos gobiernos de países miembro de las comunidades que han logrado atenuar el alcance de las medidas o han tratado de disociarse de ellas”.

En una declaración difundida hoy por la tarde por el Ministerio de Relaciones Exteriores para comentar la posición adoptada por la CEE en Luxemburgo, en la que se evidenció la oposición de Italia e Irlanda y las reservas de Dinamarca, se acotó, sin embargo que la renovación de las sanciones económicas contra la Argentina “por solo siete días más no disminuye la gravedad del acto”.

– Puerto Argentino:  

El gobernador militar de las islas Malvinas, general de brigada Mario Benjamín Menéndez, manifestó que en los enfrentamientos ocurridos hasta ahora en el archipiélago, “el enemigo conoció el valor de nuestra defensa aérea y también de la acción de la fuerza aérea basada en tierra”. En lo que respecta al frente aéreo, manifestó el jefe militar que “está sujeto a lo que determine el Comité Militar, a las posibilidades que se presentan aquí en la zona de Puerto Argentino y también a nuestras necesidades, por lo que no podemos hablar de una suspensión concreta, pero no se realiza de hecho con la misma Intensidad ni mucho menos”. El general Menéndez, que fue entrevistado telefónicamente desde Buenos Aires destacó, asimismo, el alto espíritu de las fuerzas estacionadas en las Malvinas, que ya recibieron su “bautismo de fuego” en los últimos días, a raíz de los continuos ataques británicos. “No les voy a decir que la tensión de ustedes sea más grande, pero ocurre que el hombre de armas y -nuestros soldados lo son y ya han tenido su bautismo de fuego- se van habituando a estas cosas”, indicó.

-Buenos Aires: El ministro de Economía, Roberto T. Alemann, afirmó en un programa televisivo que el país “no tiene dificultades para aguantar todo el tiempo que sea necesario” las sanciones económicas de Europa. 

Dijo que tampoco existen problemas para las relaciones financieras con la banca internacional y solo se ha postergado la decisión de modificar el perfil de la deuda externa. En lo referente a la situación interna, previó la posibilidad -si continúa el conflicto- de aplicar controles más severos en materia combiaria; juzgó favorable la evolución de las tasas de interés e indicó su intención de continuar en el cargo.

– Londres: Fuentes militares británicas señalaron que fueron doce las escuadras de grupos especiales que atacaron la pista aérea de la isla Borbón. La incursión realizada el sábado pasado concluyó, según las fuentes, con once aviones destruidos y la voladura de un depósito de municiones. Sin embargo, con relación a este episodio, las autoridades militares argentinas expresaron que solo tres aviones habían resultado con daños.

En Londres se dice que los 48 saboteadores del Special Boat Squadron, divididos en cuatro escuadras de igual cantidad de efectivos, fueron transportados por helicópteros de la flota británica a unos cinco kilómetros de la pista de la isla Borbón. En la acción del sábado, las fuerzas especiales contaron con el apoyo de fragatas inglesas que bombardearon la pista desde una distancia conveniente. Las fuentes dicen que las escuadras, trabajando independientemente, destruyeron a los aviones argentinos lanzando granadas de fósforo y protegiendo su retirada con disparos de ametralladoras.

– Londres:  

La primera ministra británica Margaret Thatcher afirmó hoy al Parlamento que cree que “en las próximas 48 horas sabremos si es posible o no un acuerdo negociado” en el conflicto por las islas Malvinas, y que “si las conversaciones de paz en la ONU fracasan, estoy segura de que la mayoría de los ministros y miembros de esta Cámara no vacilarán en conseguir una solución por la  fuerza”. La Thatcher concurrió al Parlamento para la habitual sesión de 15 minutos de interpelaciones, durante las cuales volvió a mantener duras discusiones con el líder laborista Michael Foot y otros diputados de la oposición a propósito de la estrategia gubernamental frente al conflicto. Durante el debate, la Thatcher dijo que no está dispuesta a reunirse con el presidente argentino para analizar el conflicto.

– Londres: El canciller británico, Francis Pym, afirmó hoy durante una reunión privada de los miembros de la Comisión de Relaciones Exteriores del Partido Conservador,  

que quedaban pocas esperanzas de una solución diplomática para la crisis del Atlántico sur. Reveló Pym que la flota de intervención (Task Force) estaba lista para intentar una invasión de las Malvinas en el caso que -como se prevé- la Argentina responda negativamente a las propuestas finales británicas hechas al secretario general de las Naciones Unidas, Javier Pérez de Cuellar. Los observadores coincidieron en que el mensaje de Pym, absolutamente explícito, reflejó el clima prevaleciente en Gran Bretaña, donde la opinión pública viene siendo preparada intensamente para aceptar la “inevitabilidad” de una solución de tipo militar.

– Londres: Mientras el gobierno inglés mostraba su “profundo desagrado” por la falta de solidaridad europea en su conflicto con la Argentina, la Comunidad Económica Europea volvió a asestar un duro golpe a las aspiraciones británicas al aprobar, con la oposición de Londres, los precios agrícolas para la presente campaña. De esta manera; el frente europeo ha ingresado en uno de los momentos más críticos de su historia. Italia ya levantó las restricciones que había impuesto al comercio con nuestro país, mientras que Irlanda y Dinamarca anunciaron que no aceptarán una “disciplina comunitaria”, sino que cualquier medida deberá ser discutida por sus respectivos parlamentos. Se aguarda, ahora, la actitud que asumirá Gran Bretaña.

– Londres: El gobierno británico hizo informar hoy, a través de voceros oficiales que había declarado una zona de “servicio activo” para todos los barcos de guerra y mercantes que naveguen entre la isla Ascensión y el límite norte de la Antártida. Todas esas naves se encuentran ahora bajo las órdenes directas del comandante de la flota, almirante John Woodward. 

– Londres: El ministro británico de Defensa informó hoy que un helicóptero Sea King de la flota que opera en el Atlántico sur cayó al mar a las 0.00 GMT (las 20 en la Argentina), mientras “operaba en apoyo de la fuerza de tareas”. El vocero lan McDonald dijo que la caída del helicóptero “no fue el resultado de ninguna acción que haya implicado a fuerzas argentinas”.

“La tripulación -añadió- abandonó rápidamente el helicóptero tras que éste cayera al agua, y fue rescatada por otro helicóptero. Nadie resultó herido”. El ministro de Defensa admitió la pérdida de cinco helicópteros de la flota enviada al Atlántico sur desde el comienzo de las operaciones.

– Luxemburgo: El Consejo de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN)  

concluyó hoy su sesión condenando nuevamente a la Argentina y reiterando su “apoyo total e incondicional” a Gran Bretaña. El comunicado emitido por los cancilleres de los países miembros afirma: “En vista de la importancia que (los ministros) atribuyen al principio de que el uso de la fuerza para resolver las disputas internacionales debe encontrar la oposición decidida de la comunidad internacional, los aliados condenan a la Argentina por su agresión no provocada contra las Falkland y sus dependencias y deploran el hecho de que, después de más de seis semanas, no hayan retirado aún sus fuerzas en cumplimiento de la resolución obligatoria 502 del Consejo de Seguridad. Instan a que continúen los esfuerzos por alcanzar un acuerdo negociado satisfactorio acorde con la totalidad de esa resolución”.

– Naciones Unidas: Según fuentes provenientes de las Naciones Unidas admitieron que, tras las dos últimas propuestas presentadas por los países en conflicto, subsistían “profundas diferencias” y que la negociación podía considerarse ya como virtualmente fracasada.

– Washington: Gran Bretaña pidió a Estados Unidos que ponga a su disposición diversos equipos militares para cuando lo requieran sus actividades bélicas en el Atlántico sur, dijeron hoy fuentes de la Casa Blanca. “Presentaron una larga lista de pedidos”, señaló una de las fuentes, que sin embargo agregó que hasta ahora no se realizó ninguna entrega. Si bien no se precisó cuáles eran los equipos solicitados, se indicó que se trata especialmente de generadores eléctricos, equipos calefactores y otro material necesario para hacer frente al helado invierno austral, y que se suministrarán sobre la base de pagos al contado contra entrega. El abastecimiento militar se enmarca dentro del ofrecimiento norteamericano de ayuda a Gran Bretaña anunciado el pasado 30 de abril cuando Washington se declaró a favor de Londres en el conflicto que lo enfrenta con la Argentina por las islas Malvinas.

– Caracas: El presidente de Venezuela, Luis Herrera Campins, afirmó que Gran Bretaña será derrotada por la Argentina en el conflicto por las Malvinas, pero aseguró que el gran perdedor de la confrontación será Estados Unidos

– Brasilia: La cancillería brasileña continúa encarando con “gran preocupación” el conflicto entre la Argentina y Gran Bretaña en torno de las Malvinas. Esa preocupación, según el portavoz de Itamaraty, se debe al hecho de no haber signos concretos de que se llegue a una solución diplomática de la crisis, aunque persisten en Brasilia las esperanzas de que a último momento pueda obtenerse.

Información de interés

– Fuego de ataque aéreo: De 04,38 hs a 05,08 hs. Total: 30min
– Bombardeo naval: De 21,00 hs a 22,00 hs. Total: 1hs

Temperatura 5/7 grados, velocidad del viento de 5 km. Llovizna y niebla.


La travesía del comando británico que aterrizó en el continente durante la Guerra de Malvinas para eliminar aviones y pilotos argentinos



Por Marcelo Larraquy


En el libro “La Guerra Invisible”, Marcelo Larraquy revela la operación de la patrulla del Special Air Service (SAS) que aún se mantiene clasificada como secreto de guerra por los ministerios de Defensa de Gran Bretaña y de Argentina. Fue decidida como un “sacrificio humano”, y tenía la misión de atacar la base de Río Grande para destruir los aviones Super Étendard, los misiles Éxocet y matar a sus pilotos. El 18 de mayo de 1982 la patrulla al mando del capitán Andrew Legg aterrizó en Tierra del Fuego

Los pilotos argentinos de los Super Étendard eran el blanco del comando británico
Después del ataque con misiles Éxocet al destructor Sheffield el 4 de mayo de 1982, el brigadier Peter De la Billière aseguró al gobierno británico que podría proteger a la flota de nuevos de nuevos lanzamientos. Ahora que la guerra había cambiado el centro de gravedad y el continente representaba la mayor amenaza del enemigo, el jefe del SAS quiso intervenir en el corazón del conflicto: propuso la destrucción de la escuadrilla aérea de Super Étendard, con sus misiles y pilotos, alojados en la base aeronaval de Río Grande, Tierra del Fuego.

El 8 de mayo, durante una reunión con su gabinete de guerra en la residencia oficial de Chequers, la premier Margaret Thatcher avaló la proposición, que rompía con los límites de la “zona de exclusión”. Con la invasión británica al continente se abría un escenario bélico de mayor magnitud.

De la Billière organizó la maniobra en dos etapas: una patrulla que se aproximaría a la base de Río Grande y recogería información -la operación Plum Duff- y luego, con los resultados de la inteligencia previa, dos aviones Hércules despegarían de la isla de Ascensión con 60 hombres y aterrizarían en la base para destruirla. Se denominaba Operación Mikado. Después, De la Billière modificó la maniobra y encomendó al capitán Andrew Legg, jefe de la operación Plum Duff, el ataque directo a la base, mientras los aviones Hércules se mantenían a la espera de la orden de despegue hacia el continente.

En este extracto del libro La Guerra Invisible. El último secreto de Malvinas, se publican por primera vez los detalles secretos de esta operación británica.

Estos so algunos de los párrafos más salientes:

(…)

“La Operación Mikado entró en estado de incertidumbre. Pero se avanzó con la misión que la antecedía, la Operación Plum Duff, que era la que debía realizar la inteligencia sobre la base aeronaval. De la Billière confió la conducción al capitán Andy Legg. Era el hombre elegido. Acababa de cumplir 28 años. Después de enrolarse en el Ejército, Legg había realizado un máster en Matemática aplicada en la Universidad de Reading, aunque su propósito siempre era integrarse al Regimiento de Paracaidistas, como paso previo a su ingreso al SAS. En 1980, dos años más tarde de lo que había proyectado, superó las pruebas de selección y se integró al Escuadrón B del Regimiento 22.

Ya había servido en una operación en Omán, en las montañas de Dhofar, y también en la selva de Belice, colonia británica en América Central, y se disponía a viajar a Canadá cuando le encomendaron la jefatura de un comando que debía infiltrarse en el continente argentino con la guerra iniciada. Legg había recibido la siguiente instrucción: “Esto será difícil, hágalo con firmeza, muévase lentamente y efectúe una buena observación de los alrededores antes de hacer algo. Realice la inteligencia a medida que avanza”, le recomendó su superior inmediato.

El capitán Andy Legg
El capitán Legg pensaba que un acceso por Chile, con una exploración lenta hacia el objetivo, podría dar mejores resultados para elaborar un mapa de inteligencia que el ingreso por la costa a una distancia reducida del blanco. Además, desde Chile tendrían menores posibilidades de ser detectados. Pero su inquietud no encontró la atmósfera adecuada ni se abrieron posibilidades de discutir la viabilidad de la misión, como solía suceder. No había tiempo ni voluntad para generar cambios radicales en el diseño de la Operación Plum Duff.

El Escuadrón B del Regimiento 22 dirigido por Legg continuó su preparación. Era el único escuadrón que todavía no había sido enviado al Atlántico Sur. Primero entrenaron en Gales con tiros de rifles, emboscadas nocturnas y marchas forzadas. Luego se desplazaron a Wick, en el extremo norte de Escocia, para ensayar aterrizajes con el Hércules desde baja altura, a poca distancia del mar.

Cuando regresaron a Hereford, el 14 de mayo, De la Billière los reunió con las novedades: las dos patrullas de exploración se fusionaban y, si se daban las posibilidades, también deberían atacar la base de Río Grande en una operación de acción directa. Por esta nueva planificación, debían llevar explosivos y detonadores por tiempo y resignar ropa y comida en su mochila. La base de Río Gallegos se había descartado como blanco. El capitán Legg conduciría una patrulla única de siete hombres que llegaría a Río Grande y exploraría y destruiría la base. Ese era el nuevo objetivo. Todavía no existía una planificación final, se iría conociendo con el correr de los días. Podrían desembarcar desde una fragata, un submarino o un helicóptero. Esta última opción era la más probable. Lo único cierto era que debían volar hacia Ascensión al día siguiente para iniciar la maniobra.

El 15 de mayo, el Escuadrón B ya estaba en la isla, ubicada a 4200 millas náuticas de Gran Bretaña y 3800 de las islas Malvinas. Era un dominio británico de 88 kilómetros cuadrados, aunque su base aérea de Wideawake permanecía bajo control de Estados Unidos desde 1962 por contrato de arriendo. Gran Bretaña volvió a utilizarla como soporte logístico, de inteligencia y escuchas satelitales para la guerra con Argentina. La base también tenía un polígono de tiro para el misil Sidewinder de los aviones Harrier para entrenamientos militares.

Los C-130-Hercules ingleses despegarían del aeropuerto Wideawake de la RAF en la Isla Ascensión (Think Defense)
La Operación Plum Duff seguía con luz verde. Ya había despachado a sus soldados. El Escuadrón B lo vivía como un viaje de ida, una misión sin retorno. El lema del SAS era “el que se atreve gana”, pero también se necesitaba planificación e información confiable. No existía inteligencia previa sobre las fuerzas enemigas, no se conocía la exacta posición geográfica del objetivo, ni siquiera sabían si los pilotos del Super Étendard a los que debían matar dormían en la base. Solo contaban con fotos satelitales de precario valor para el reconocimiento y dos mapas del pueblo de Río Grande. Uno era un Atlas escolar de 1930 y otro, fechado en 1942, había sido creado por el Instituto Geográfico Militar argentino. Lo habían encontrado en la Universidad de Cambridge. Estaba archivado en una biblioteca desde 1947. Pero en ninguno estaba determinada la posición de la base.

Ese era todo el material reunido para aproximarse al blanco, explorarlo, detectar la ubicación de los aviones, los misiles y producir el ataque. Pero, si esta acción que debían ejecutar en soledad no resultaba posible, debían señalizar la pista con balizas para facilitar el aterrizaje de los dos aviones Hércules para la Operación Mikado. El plan de retirada era aún más incierto. Solo tenían la orden de escapar hacia Chile.

En Ascensión les dieron la mochila de 36 kilos, una pistola Browning de 9 milímetros, explosivos, un fusil, proyectiles y raciones de comida a cada uno para cuatro días. Esa misma noche abordarían un avión Hércules C-130. La operación avanzaba. El gabinete de guerra, por el convencimiento que había demostrado De la Billière, la había aprobado. La Secretaría de Defensa había recomendado seguir adelante y Thatcher también. La falta de información y las dudas quedaban para el comando del SAS. Todavía no se sabía cómo llegarían a la base ni cómo saldrían de ella. Los detalles técnicos y tácticos se irían decidiendo de camino al objetivo.

En Ascensión, antes de cruzar el hemisferio, Legg sostuvo una comunicación satelital con De la Billière. El brigadier le dio algunos detalles del lanzamiento al océano y le informó que probablemente volarían al continente con un Sea King. La posibilidad de que la operación se cancelara y que a él lo reasignaran para unirse al resto del Escuadrón del SAS con la Fuerza de Tareas se acababa en ese momento, pensó Legg. Sintió que ya no había forma de escapar. Hubiera preferido un submarino o una lancha rápida para llegar a la costa, en todo caso. El ruido del Sea King representaría un seguro boleto de ida.

Le preguntó a De la Billière qué sucedería con el helicóptero después de que los dejara en tierra. Temía que, si quedaba visible, se intensificara la búsqueda de su patrulla. “Tenemos activos que eliminarán la evidencia. No es un tema de su incumbencia”, fue la respuesta exasperada del brigadier. No hubo más preguntas. Antes de cerrar la transmisión De la Billière les deseó suerte. Esperaba verlos en su regreso a Londres, le dijo.

El brigadier Sir Peter de la Billiére, el director del SAS y cerebro de la Operación Mikado y Dum Pluff (National Potrait Gallery)
El 16 de mayo, siete horas después del despegue, a 17 mil pies de altura, el Hércules fue acoplado por la sonda de otro Hércules y tras dos intentos fallidos logró cargar combustible. Faltaba la mitad del viaje. El piloto les anticipó que había un poco de brisa desde el oeste. Nada de qué preocuparse. El tiempo era bueno. Seis horas después se colocaron su paracaídas y sus salvavidas y los ocho hombres saltaron desde 370 metros junto a sus armas y las mochilas. Desde el avión después les tiraron las cajas con pertrechos de guerra, que recuperaron en el mar. La Operación Plum Duff cruzaba al hemisferio sur por primera vez. Estaban dispersados por las olas, a 60 millas al norte de Puerto Argentino, pero todavía lejos del continente.

El rescate se demoró. Esperaron más de media hora la llegada del buque de auxilio Fort Austin para levantarlos del agua congelada. Legg lamentó no haber pedido trajes de neoprene para su grupo.

Desde el Fort Austin volaron en helicóptero hasta el Hermes. En el portaviones se conformaría la tripulación que los trasladaría al continente. Se les ofreció a los pilotos del Sea King postularse como voluntarios. Algunos acababan de regresar de la isla Borbón y mantenían el entusiasmo por el éxito de la operación. Pero, si para esa misión habían vuelto al Hermes, la misión Pluff Duff no tenía la posibilidad de llegar al continente y regresar. Era lo más parecido a un sacrificio humano. Y también material.

El almirante Woodward ordenó que utilizaran el modelo más antiguo del Sea King. El piloto de mayor graduación del escuadrón de transporte aéreo, Bill Pollock, lo convenció de que les permitiera utilizar la versión más moderna, el Sea King 4. Legg entendía que en el vuelo al continente se sacrificaría a tres pilotos, al Escuadrón B, además del helicóptero. Pero la superioridad creía que este sacrificio no representaba un costo alto frente a la posibilidad de poner en riesgo el resultado de la batalla. Aunque el éxito de la misión fuera mínimo, el sacrificio debía realizarse.

La ruta de la Operacion MIkado y los puntos acordados para que desembarcaran los SAS , primero en Argentina y como opción secundaria en Chile (Plano extraído del libro Special Forces Pilot)
Uno de los postulantes fue el teniente Richard Hutchings. Se había formado como marino y había entrenado con el SAS. Pollock creía que tendría mayores habilidades que el resto para sobrevivir en el continente. Le pidió que eligiera a otros dos pilotos para completar la tripulación. Hutchings eligió al teniente “Wiggy” Alan Bennet, de 21 años, al que percibía como el más capaz para operar el TANS (Tactical Air Navigation System), y a Michael “Dock” Love, de 22. Ya había realizado siete salidas operacionales. Pollock dijo que Love estaba asignado para otra misión. (Love moriría dos días después, en la caída de un Sea King, junto a otros veinte miembros del SAS). Pollock sugirió al suboficial Peter Blaim Imrie, que se había ofrecido porque era joven, soltero y tenía menos que perder que los otros pilotos, según le dijo. Hutchings lo aceptó. La tripulación ya estaba lista. Trasladaría al Escuadrón B del Regimiento 22 a un territorio desconocido. Cuando le presentaron al jefe del comando le resultó familiar. Había compartido con Legg un curso de entrenamiento militar el año anterior. El capitán del SAS estaba preocupado por el funcionamiento del equipo de comunicación satelital con el que debía tomar contacto con la base de Hereford desde el continente. Se había mojado en el océano y ya no habría tiempo para que se secara. Esa misma noche debían despegar. Esa era la instrucción. Legg se enteraba en ese momento. El Hermes navegaba rumbo al punto de despegue, previsto a 33 millas de la isla Soledad.

La tripulación del Sea King y el Escuadrón B se reunieron en una sala del portaviones para ajustar los detalles. Legg había traído imágenes satelitales que habían sido generadas por Estados Unidos sobre el sector chileno de la isla de Tierra del Fuego. No podía llevarlas al continente porque, si caían —y todo hacía presumir que caerían—, dejaría en evidencia la colaboración norteamericana. Dibujó en un papel los detalles que consideraba relevantes y lo guardó. El vuelo del Sea King sería en línea recta desde el sur de la isla Soledad hasta Río Grande. Hutchings, al principio, calculó que podría dejar al grupo a 19 millas terrestres al norte de la base, cerca de la laguna Miranda, en una estancia. La estancia Las Violetas podría ser el punto alternativo. El piloto aprovechó para proponerle a Pollock otra opción para salvar el helicóptero. Como el combustible le alcanzaba para llegar a Río Grande y regresar hasta mitad de camino, podría descender sobre una fragata o un sub- marino, recargar combustible suficiente y volver al portaviones. Pollock desestimó su idea: sería muy peligrosa para la tripulación.

El meteorólogo anticipó que habría niebla en el continente cuarenta y ocho horas más tarde y les sugirió que despegaran en ese momento. Pero los soldados del SAS no ocultaban su cansancio: caían de sueño. Habían dormido muy poco en los últimos tres días. Pollock consideró, además, que no podrían irse con la ropa mojada. Le propuso a Woodward suspender la operación por un día. El jefe naval aceptó. Legg se alegró porque tendría tiempo para secar su radio satelital, y Hutchings para escribirle una carta de despedida a su esposa. Le dijo que, si él moría, no se torturara guardándole lealtad. “Si llega el hombre correcto, debes aprovechar la oportunidad para ser feliz y disfrutar tu vida al máximo. Espero haber sido un buen recuerdo y un buen ejemplo para nuestros hijos”.

(..)

Al día siguiente, el 17 de mayo, el capitán Legg y la tripulación del Sea King se enteraron de un cambio de planes. El Hermes no podía permanecer más tiempo cercano a la costa de las Malvinas porque corría el riesgo de ser impactado por un Exocet. Se decidió que la misión despegara desde el Invincible, que estaba ubicado cerca de la isla Beauchene, 30 millas al sur de la isla Soledad.

En el portaviones los recibió el capitán Jeremy Black. Hutchings le pidió un diccionario inglés español y un oficial lo solicitó por altavoces. Hutchings entendió que la misión al continente dejaba de ser secreta. También consiguieron un hacha, cintas adhesivas y les dieron una sala para continuar con el análisis de la operación. Legg repartió billetes en dólares, libras esterlinas y pesos argentinos y chilenos a sus hombres y a la tripulación. Black les hizo completar una planilla que sirvió de recibo. Después prosiguieron con el repaso de alternativas. Hutchings planeó un probable descenso más cerca de la costa, en la estancia Las Violetas, a 14 millas terrestres de la base. Estaba marcada en la carta náutica. Chile sería la opción para un aterrizaje de emergencia si un radar llegaba a detectar el vuelo. Legg prefería que ese segundo punto de desembarco fuese cerca de la frontera, como se había pensado en Hereford: una aproximación a la base desde el oeste. Sería la mejor opción para evitar la captura y completar la misión. ¿Qué harían con el helicóptero luego de que dejara en tierra al Escuadrón B? Lo hundirían bajo tierra o en el agua, eliminarían toda evidencia y después, con la ayuda del agente Edwards, la tripulación partiría hacia Santiago de Chile.

(El portaaviones británico HMS Invincible fotografiado por un avión TU-95RTs de la Aviación Naval de la Unión Soviética cuando se encontraba regresando de Malvinas)
No había más que decir. Los miembros del Escuadrón B fueron ubicándose en silencio en el Sea King, al que se le habían quitado los asientos para agregarle tanques suplementarios de combustible. Había pasado la medianoche. Eran las 0:15 del 18 de mayo de 1982. Se iniciaba la misión hacia el continente. Debían volar 350 millas. Hutchings calculó que les tomaría un poco más de cuatro horas. Las hélices comenzaron a girar y esperaron que el Invincible, en completa oscuridad y bajo silencio de radio, alcanzara su velocidad máxima para facilitar que el Sea King se elevara. La patrulla del SAS partió sin entusiasmo. Les habían dado trajes de inmersión naranjas fluorescentes por si se accidentaban en el despegue. Después, el portaviones y sus fragatas escoltas Brilliant Coventry abandonaron la posición y comenzaron a navegar hacia el noreste para unirse a la Fuerza de Tareas.

Las primeras horas del vuelo las hicieron a 15 metros por encima del mar para evitar el radar de Malvinas. Después subieron a 60 metros. La atmósfera interna era tensa, todos estaban ganados por la incertidumbre. Solo se escuchaba el ruido de los motores. Legg se había unido al Regimiento para vivir un poco de aventura y ahora la tenía en exceso; la situación había salido de su control. “¿Cómo mierda terminé acá?”, se preguntaba. Sentía que los movían como peones, pero no era el primer soldado que tenía la misma sensación. Ni sería el último. Estaba perturbado. Necesitaba tener un sentido de perspectiva. Decidió concentrarse en tiempos más felices. Pensó en su infancia en la granja con su familia. En sus amigos, cuando jugaba al rugby. Recordó cuando pasaba un rato tomando cerveza con ellos después de los partidos. Pensó en sus viejas novias, en los buenos momentos que había vivido en el Regimiento. Entraba y salía del sueño, adormecido por el zumbido del helicóptero. Se sentía cansado.

Hutchings volaba con la radio y los aparatos electrónicos desactivados. Solo si observaba al 25 de Mayo debía romper el silencio y alertar sobre su posición. Tenían orden de atacarlo aun fuera de la zona de exclusión para eliminar su amenaza. (…)

A la cuarta hora de vuelo divisaron la costa del continente. Hutchings, con sus visores nocturnos, pudo observar un resplandor. Mientras se acercaba, lo sorprendió una llama de gas incandescente de una torre que emergía del mar. Se veían las luces rojas que destellaban en la niebla. Supusieron que era una plataforma petrolera marina. Hutchings lamentó que el detalle no estuviera marcado en el informe de inteligencia ni en las imágenes satelitales de Estados Unidos, que solo alcanzaban hasta las aguas costeras de Río Grande. Viró hacia el sur para evitar la plataforma petrolera y advirtió edificaciones sobre la costa que tampoco estaban en la cartografía. Una densa niebla los cubrió. Estaban entrando al continente.

Libro Vigilancia y Control Aéreo en Argentina: la imagen muestra las trazas de los casi cinco minutos que estuvo el Sea King ZA290 en la pantalla del radar. La primera traza ocurre a las 4:28 AM cuando, según la tripulación, tocó tierra para desembarcar al equipo del SAS
El destructor Bouchard los detectó en su radar de aire por sonido e imagen. Había otra intrusión del enemigo, como había sucedido treinta y cuatro horas antes. No se trataba de tres elementos que avanzaban en V; se podía ver su desplazamiento hacia el oeste. A las 4:26 el helicóptero traspasaba la costa. Se informó al Piedrabuena del hallazgo y a la base de Río Grande para consultar si era una aeronave amiga, pero luego de una demora en la comunicación desde la base lo negaron. Veinte minutos después había perdido el eco y supusieron que la aeronave había descendido a tierra cerca de la Ruta 3.

Las luces de la base de Río Grande se apagaron. Alerta roja. Sobre la bahía San Sebastián había un depósito de combustible que suministraba nafta especializada para los aviones de la base. Podría ser objetivo de la intrusión. Las patrullas terrestres de infantes de Marina salieron hacia la zona norte para rastrillar las estancias. Los helicópteros se lanzaron a la búsqueda. La artillería antiaérea esperó un ataque desde el mar. Había confusión. Cuando se observaba la luz de un auto en una zona apenas elevada de la Ruta 3, pensaban que podría ser el helicóptero. No tenían claridad de lo estaba sucediendo, pero estaban seguros de que el enemigo había entrado al continente.

Cuatro millas tierra adentro, el piloto del Sea King estaba perdiendo referencias visuales y sintió que en cualquier momento podría perder el control de la aeronave. Ya no veía el suelo. Decidió aterrizar en el pastizal. Afuera el aire estaba espeso por la niebla y adentro se advertía la tensión del grupo. El jefe del Escuadrón B se acercó a la cabina de la tripulación y se colocó entre los asientos. Le pidió a Alan Bennet que le mostrara las coordenadas del TANS. Según el sistema de navegación estaban a 19 millas terrestres de la base, cinco más arriba del plan original. Legg lo contrastó con el mapa que había dibujado. No confiaba en la posición del TANS. Suponía que estaban más al norte todavía. Desde que habían entrado al continente por la bahía San Sebastián, a 60 millas, no podrían haber cubierto semejante distancia volando en forma lenta y en tan poco tiempo. Bennet verificó el TANS y aseguró que estaban a 30 millas terrestres de la base. Era el área de la estancia La Sara, propiedad de la familia Braun Menéndez. No estaba marcada en la carta náutica, pero Legg la tenía en su mapa como vía de escape.

Si esto era cierto, la patrulla debía caminar 50 kilómetros. La marcha sería mucho más comprometida, sobre todo porque Legg percibía que habían sido detectados. Creyó ver unas luces a 200 o 300 metros, que, supuso, podrían ser de un auto. Sin embargo en el mapa que le mostraba Hutchings no había ningún camino cercano. También vio un resplandor; podría ser una bengala iluminada en la niebla. Estaba convencido de que la operación había perdido sorpresa y podrían ser emboscados. A cada segundo sentía la inminencia de un ataque. No convenía estar más tiempo en el lugar. El suelo estaba cubierto de escarcha, el viento helado atravesaba el aire y la oscuridad era total. Un miembro de la patrulla que había saltado a tierra pudo corroborarlo. (…)”

Fuente: Infobae.com
https://marcelolarraquy.com/

 



Los restos de un helicóptero Sea King destruido son hallados en Chile

18 de mayo de 1982. Con la restricción de la operatividad en las tres bases aéreas de las islas Malvinas por el accionar de las Fuerzas Británicas, las fuerzas armadas argentinas continuaron con los esfuerzos en defensa de las islas. Durante la jornada se viene registrando ataques y bombardeos contra la pista de Puerto Argentino y Puerto Darwin, sumado a el funcionamiento limitado de la Base Aeronaval Calderón luego del ataque de la SAS, producido en la madrugada del 15 de mayo.

Luego del ataque y hundimiento del Crucero ARA General Belgrano, la Armada Argentina tomo la decisión de replegar al portaviones ARA 25 de Mayo a aguas pocas profundas en la zona del Golfo San Jorge.

Frente continental:

ARA Bouchard (D-26)
Horas de agitación se vivieron durante la madrugada en la Isla Grande de Tierra del Fuego. Los informes del día anterior reportaron la presencia de submarinos británicos en la zona, como el acercamiento en dirección oeste del portaviones HMS Invencible. Si bien no estaban claras sus intenciones, las hipótesis barajadas hacían prever que podría llevarse a cabo algún tipo de operación contra territorio continental argentino. Más teniendo presente que en Río Grande se encuentran operando los Super Étendard del Comando de Aviación Naval de la Armada Argentina.

De esta forma, como previsión, la Armada Argentina en día anteriores fondeo al destructor ARA Bocuhard bahía Esperanza; mientras que el ARA Piedrabuena se ubicó en una posición más norte que este. En horas de la madrugada (0408 horas) los radares del ARA Bouchard detectaron un eco desconocido. Desde el destructor se inició los procedimientos para identificar al contacto, para descartar un vuelo propio, mientras seguía al mismo el cual se adentraba sobre la línea de costa hacia el interior de la Isla Grande Tierra del Fuego.

Cerca de las cinco de la mañana (0442 horas) llego la primera respuesta negando que el contacto fuese de una aeronave propia. Minutos después, el ARA Bouchard informó que el contacto podría haber descendido en las cercanías de estancia La Sara, a 26 millas de Río Grande. Minutos después el eco volvería a parecer en pantalla manteniéndolo durante 10 minutos. A las 0502 el ARA Bouchard comunico que el eco se encontraba en la frontera con Chile.

Mientras estos hechos ocurrieron, se ordeno el oscurecimiento de las las luces de la Base de Río Grande se apagaron y fue ordenada la alerta roja. Sobre la bahía San Sebastián se encontraba un depósito de combustible que suministraba combustible especializada para las aeronaves de la unidad, lo cual podría ser objetivo de la intrusión. Las patrullas terrestres de infantes de Marina salieron hacia la zona norte para rastrillar las estancias, seis helicópteros fueron desplegados a la búsqueda, mientras la artillería antiaérea esperó un ataque que podría provenir desde el mar.

Super Étendard                            Base Río Grande Tierra del Fuego

Sobre el eco de radar desconocido:

En base a fuentes consultadas, la mencionada aeronave se trataría de un helicóptero Sea King HC-4VC matricula ZA290 perteneciente a las Task Force Británica. La misma despego a primeras horas del 18 de mayo desde el HMS Inivincible que se encontraba ubicado cerca de la Isla Beauchene, a 30 millas de las Isla Soledad. En la misma iba un grupo de nueve hombres pertenecientes al Escuadrón B del Special Air Service (S.A.S). El objetivo final de la operación era el de atacar la escuadrilla de Super Étendard y sus pilotos que se encontraban alojados en la base aeronaval de Rio Grande, Tierra del Fuego.

El helicóptero Sea King ZA290, habiendo sido detectado por los radares de los destructores de la Armada Argentina y de la Base Río Gallegos, debía abortar la misión. En su regreso emprendió rumbo con dirección a la frontera con Chile. Los últimos reportes provenientes de Chile indican que fueron encontrados a once millas los restos de un helicóptero incendiado. En lo respectivo al destino de la tripulación, los mismo se han entregado a autoridades chilenas. Próximamente se espera tener mayores detalles sobre las acciones, pero la fuentes indican que la misma ha sido denominada por las Fuerzas Británicas como Operación Mikado.

Por su parte, conocido este hecho, desde la Armada Argentina se tomaron medidas inmediatas para defensa la Base de Rio Grande en Tierra de Fuego. De esta forma fue confeccionado un Plan de Alarma Temprana, comprendiendo el oscurecimiento de las localidades cercanas y la restricción para la circulación de vehículos en determinados horarios fijados por las autoridades. En lo referido a la defensa de la Base Aérea, diversos sectores de los alrededores han sido minados, mientras que ha sido apostados una compañía de la Infantería de Marina de la Armada Argentina.

Frente: Islas Malvinas

Como fue informado, a lo largo del día en la Islas Malvinas fue registrada una intensa activad de Patrullas Aéreas de Combate (PAC) constituidas por aeronaves Harrier. Al igual, que en jornadas anteriores los ataques son realizados desde gran altura, lo cual merma su eficacia para alcanzar las posiciones argentinas. Esto viene provocando una gran multiplicada de alarmas rojas, manteniendo un esta de alerta general constante en las guarniciones de Puerto Argentino.

Por su parte, el BAM Condór en Darwin también recibió la visita de aeronaves enemigas. Durante el día dos Harrier GR3 de la RAF (Royal Air Force) efectuaron ataques contra las posiciones empleando bomba tipo Beluga BL-755. El ataque tuvo como objetivo el radar Elta, el cual había alertado el acercamiento de los Harrier provocando la respuesta de las baterías de 20mm de la defensa antiaérea.

A su vez, a pesar de la mala meteorología, la Fuerza Aérea Sur (FAS) ordenó el despegue de dos Hércules C-130 con destino la Islas Malvinas, a fin de proseguir con las operaciones de puente aéreo para el suministros de las unidades. En total, dos aeronaves (TC-65 y TC-63) fueron enviados, de los cuales solo uno pudo aterrizar en la Isla Malvinas para entregar su carga de 15 tonelada de suministros. La segunda aeronave debió regresar a Comodoro Rivadavia por la mala meteorología reinante en Puerto Argentino en horas de su llegada.

Frente Diplomático: Respuesta negativa del gobierno argentino

Luego de la presentación formal y directa del gobierno Británico ante Naciones Unidas con el objetivo de brindar una solución negociada del conflicto, el secretario general de las Naciones Unidas, Javier Pérez de Cuellar, se comunicó con embajador Parsons con la respuesta argentina. En la noche del 18 de mayo, los argentinos retrocedieron en relación a sus anteriores concesiones, con lo cual la cuestión de la soberanía volvió a estar en la mesa de debate. La intervención del Pérez de Cuellar fracaso.

En otro plano, en el día de hoy fue realizada una nueva reunión del Consejo de la OTAN. A través de la misma, los miembros de la alianza militar han expresado su apoyo «total e incondicional» al Reino Unido; a la par que efectuaron una nueva condena contra la República Argentina.

Fuente: https://www.zona-militar.com/



Comunicados del Estado Mayor Conjunto

Comunicado n° 63: El Estado Mayor Conjunto comunica que las acciones bélicas que se han llevado a cabo en la zona de operaciones Malvinas durante las últimas 24 horas, se han limitado a intentos de bombardeo naval, que fueron rechazados por las fuerzas propias y a tareas de reconocimiento, ejecutadas por aeronaves inglesas que no pudieron concretarse por impedírselo el fuego de las baterías antiaéreas.

Comunicados de Gran Bretaña

Inglaterra, Mayo 18, nº 66: Poco después de la 1 de la mañana, hora de Londres, un helicóptero Sea King, operando en apoyo de la Fuerza de Tareas, se precipitó al mar. Esto no fue debido a una acción de fuerzas argentinas.

La tripulación abandonó el aparato poco después de que tocara el agua rescatada por otro helicóptero. Ninguno de los tripulantes resultó herido.

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